La Policía acusa a Luis Díaz Alperi de "diseñar un plan" dirigido a seguir controlando la Gerencia de Urbanismo tras su dimisión como alcalde en septiembre de 2008. Así, se recoge en el sumario del caso Brugal. Se da la circunstancia de que este asunto aflora precisamente porque Alperi arremete contra Sonia Castedo en conversaciones con Enrique Ortiz, acusando a la alcaldesa de incumplir este plan y de negarle el acceso al Plan General de Ordenación Urbana al ordenar al redactor del mismo "que no le haga (a Alperi) ni puto caso". Así le cuenta Ortiz a Castedo lo que le ha dicho el propio ex alcalde.

El sumario del caso Brugal investiga al anterior alcalde hasta por un total de seis presuntas "infracciones penales", cuatro de ellas acerca de favores a Ortiz relacionados con el Plan General, incluyendo la recepción de pagos efectuados por el empresario de elevadas cantidades de dinero, otra referida a la destitución de Pablo Suárez como delegado municipal de Seguridad, y una última infracción penal por "diseñar un plan con Sonia Castedo en el cual tras abandonar Díaz Alperi la Alcaldía (cosa que se produjo el 11 de septiembre de 2008), permanecer controlando veladamente la Gerencia de Urbanismo".

Esta investigación se apoya en distintas grabaciones telefónicas intervenidas a Enrique Ortiz, unas con el propio Alperi y otras con Sonia Castedo. Estas conversaciones evidencian que las palabras del exalcalde a Ortiz asegurando que "Sonia me odia a muerte" las pronuncia con plena convicción y no para "quitarse de encima" al empresario alicantino, como aseguró días atrás a este periódico.

La primera de estas conversaciones sobre este asunto la mantienen Alperi y Ortiz y se produce el 18 de junio de 2009, nueve meses después de haber dimitido como alcalde. En la misma el exprimer edil le pide a Ortiz que se pase por su casa "Te doy un café, charlamos y te cuento lo mal que van las cosas". La conversación prosigue así. Alperi (A): "Es que están mal... Es que la vida da muchas sorpresas. Ortiz (O): Joder, pero que, ¿ otra vez con las mismas, lo que me contaste?. A: Sí pero cada vez más y además se está pasando de lista, se cree que los demás somos tontos. O: Madre mía. A: Creo que nos está engañando a todos, y a ti también, no sé lo que va a pasar aquí... O: Bueno pues mañana comentamos".

La animadversión del ex primer edil se manifiesta de nuevo en otra conversación dos días más tarde en la que Alperi le dice a Ortiz que "Sonia me odia a muerte", a lo que el empresario responde con incredulidad que "eso no puede ser". Alperi replica que "no me lo invento, que yo tengo los pies en el suelo", y que "a Sonia se le nota, primero que se le nota y luego que ella sabe mentir y disimularlo", a lo que añade que "eso se traduce en que cualquier cosa que esté relacionada conmigo... a ella le sale urticaria". Ortiz termina por admitir esta conducta de Castedo, ya que cuando el exprimer edil le dice que "tú estás dentro del mismo plan", el empresario le responde que "lo que pasa es que a mi me tiene que tragar por huevos". Alperi sigue despotricando contra la alcaldesa a la que acusa de que "no tiene ninguna personalidad" y de que le "han comido el coco" y enfatiza que si a Sonia ahora mismo le dijeran que "a Luis le ha dado un infarto y se ha muerto, lloraría un montón, pero se quitaría de encima un peso acojonante". Alperi insiste a Ortiz que no le diga absolutamente nada de todo esto a Castedo.

La clave de esta indignación de Alperi con quien él mismo designó como su sucesora no se revela hasta dos días después, el 22 de junio, en plenas Hogueras. Ese día la alcaldesa llama a Ortiz para preguntarle "me puedes decir ahora qué coño le pasa a Luis". Ortiz, tras contestar que "está un poco preñao" le explica que "como él te había dicho a ti de si él se encargaba del Urbanismo", y le apostilla que su malestar se debe "a algún comentario" que le hizo el redactor del PGOU, en referencia a Jesús Quesada. Ortiz le dice a Castedo que el redactor del Plan General le hizo el comentario de que "tú le habías dicho que no le hiciese ni puto caso, en pocas palabras".

Castedo expresa su perplejidad y Ortiz le ruega que " no digas nada que me corta a mí los huevos". Ortiz ratifica sus palabras en una frase más reveladora aún cuando le dice que "en pocas palabras, que a él (Alperi) le habías dicho que sí, que se hacía cargo (de Urbanismo) y luego al otro (redactor del PGOU) le habías dicho que ni de coña". A lo que la alcaldesa exclama "¡Qué fuerte!". Ortiz, por su parte, le da la razón a la primera edil ya que "es lo que tienes que decirle", aunque ésta precisa que "ya, pero es que no fue así". El empresario le pregunta porqué se ha enterado del malestar de su predecesor y le explica que "ha vuelto a aparecer en un acto, que he coincidido con él y ya estaba otra vez en plan morros...". Ortiz le aconseja a Castedo: "Le hablas claro y ya está, pero en plan no de consolarle, si no más bien reñirle, decirle: Oye vamos a ver...", a lo que ésta le responde que "Vale".

"Vamos a trabajar para hacer consellera" a la alcaldesa

Enrique Ortiz, que se convierte en una especie de "paño de lágrimas" de las cuitas entre la alcaldesa y Luis Díaz Alperi, le llega a proponer a éste "promocionarla" para hacerla "consellera", al parecer como una forma de alejarla de Alicante. Así, en una conversación con el ex alcalde el 20 de junio de 2009 le dice que "nada, tranquilo, vamos a promocionarla a la Dia...", destino que queda sin completar porque Alperi responde con celeridad que "no coño, que la matan", a lo que Ortiz aclara que "pero no aquí, vamos a promocionarla en Valencia", cosa que Alperi refrenda con un "bueno, bien", y a lo que el empresario añade que "a esa la tenemos que hacer consellera, lo vamos a hacer, vamos a trabajar para hacerla consellera que eso es fácil", cerrando la conversación el exprimer edil con un "sí y además es una tía que vale". En otra conversación con Castedo el 3 de julio Ortiz le dice que "me llamó dándome el coñazo otra vez el gordito", pero Castedo le asegura que la relación "ya va bien".