Las intervenciones telefónicas de la Policía a Enrique Ortiz durante las investigaciones sobre el Plan General de Alicante han permitido a los agentes determinar cuáles eran los documentos del planeamiento urbanístico de los que disponía el empresario. Los agentes llegan a esta conclusión no sólo por los datos que tiene el promotor, sino también por las zonas que no aparecen en los planos de los que dispone.

El sumario apunta a que el promotor tenía un plano con los principales núcleos urbanos de Alicante, meses antes de que este documento se hiciera público por parte del consistorio alicantino. Como ya ha venido publicando este diario, la Policía sostiene que el plano pudo haberle sido entregado por el entonces alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi. Posteriormente la investigación apunta a que la mujer del empresario llevó a casa del citado Alperi un plano en el que se marcaban las zonas que el promotor urbanístico quería que se modificaran.

Las conversaciones captadas en el verano de 2008 corresponden al periodo en el que el PGOU todavía no había salido a exposición pública y acababa de ser entregado a los técnicos municipales por los redactores. El hecho de que Ortiz careciera de datos sobre la situación en la que quedaba Aguamarga con el nuevo plan, o los lindes con San Vicente, así como que en un momento apareciera en una conversación manipulando un plano de grandes dimensiones, da una idea a la Policía de cuál puede ser la documentación que estaba manejando Ortiz.

Las primeras evidencias vienen de una conversación interceptadas por la Policía entre Ortiz y uno de sus empleados, Javier Llorens, el 11 de julio de 2008. El promotor le está dando instrucciones para que consulte en el plano la situación de diferentes parcelas que tienen en el término municipal. "A ver, del Plan General hay un trozo, el más importante ¿vale? pero falta un trozo que el tema de Aguamarga, de...", dice Llorens, a lo que Ortiz le contesta "me lo darán, me lo darán, ya te lo daré eso".

La Policía establece que Ortiz dispondría de los planos denominados como OE-1.2 o bien el OE-2.2, que son los que tienen mayores dimensiones e importancia puesto que acaparan prácticamente todo el núcleo urbano de Alicante, y que tendrían unas dimensiones de dos metros y medio de largo por casi un metro de ancho. El planeamiento de la zona de Aguamarga aparece en otros planos de dimensiones más reducidas y distintos al que manejaría el promotor.

En otra conversación del 27 de julio, entre Ortiz y otro interlocutor ajeno a los hechos, la Policía apunta a que se escucha de fondo el sonido de unos papeles que el empresario y otra persona están manipulando en esos momentos. Los agentes creen que se trataría de los planos del Plan General. "Estira, estira, estira de allí un poco, tira, tira, ¿qué va a romper? Ya lo he roto, ¿no?", cuando el interlocutor le pregunta qué hace, Ortiz responde que "estoy trabajando con unos planos".

La constatación de lo que estaba manejando el empresario vendría cuando poco después envía a su mujer a que deje el plano en casa del entonces alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, con las zonas que quiere que se modifiquen ya pintadas. El informe policial del sumario apunta a que "la dificultad y fragilidad del papel puede provocar perfectamente que se produzcan desgarros y rompimientos" y que para su manipulación "se requiere la ayuda de más de una persona".

Del mismo modo, en otra conversación captada entre Ortiz y otro empresario identificado como Salvador Águeda el 25 de agosto, se desvelan nuevos datos. El segundo está invitando a Ortiz a entrar en una operación urbanística en una zona conocida como El Rambuchar en el linde entre los términos municipales de Alicante y San Vicente. Ortiz alardea de que tiene información sobre el Plan General que todavía no era pública: "Yo te lo puedo enseñar todo, me dices dónde lo tienes y yo te digo... porque si hay que hacer algo hay que hacerlo ya". Sin embargo, cuando va a consultar en el plano, el promotor no localiza esa zona. "Ya, ya, ya, ya, esa zona no sé, la verdad es que no sé, creo que tengo el plano menos esa zona", acaba diciendo. Esta afirmación es un indicio más para la Policía de la documentación privilegiada que manejaba Enrique Ortiz, dado que esos terrenos también están fuera de los planos que se sospecha que estaban en su poder.

El promotor sabía que Alperi iba a dimitir

El empresario Enrique Ortiz tenía conocimiento de que Luis Díaz Alperi iba a dimitir como alcalde de Alicante e iba a dejar a la entonces concejal de Urbanismo, Sonia Castedo, como su sucesora, más de 20 días antes de que finalmente ocurriera la dimisión, según consta en una de las conversaciones interceptadas en el 'caso Brugal'. Ortiz realizó el 21 de agosto de 2008 una llamada a Castedo, a quien se dirige como "alcaldesa", poco antes de viajar a Ibiza.

En esta conversación, Ortiz le traslada a Castedo que Díaz Alperi le ha comentado que quiere "hacerlo ya ya" y que ha "hablado con Paco Camps" para decírselo. Castedo le dice a Ortiz que tiene "el estómago encogido" por su designación como alcaldesa y se alegra de la posibilidad de que Díaz Alperi se quede "en el puerto". "A mí me vendría de puta madre, yo lo que quiero es que esté a mi lado", dice la alcaldesa, que añade que "mientras esté él" estará "tranquila".

La ahora alcaldesa dice que "no le importa" que "los palos" vayan directamente a ella. "A mí lo que me interesa es tenerlo a él ahí" porque, según dice, "él es hábil y sabe cómo lo tiene que hacer y yo ejecuto, entiendes", tal y como han "hecho hasta ahora". El mismo día de la dimisión, el 11 de septiembre de 2008, antes de la rueda de prensa en la que se anunció la renuncia, Ortiz habló con Alperi y le dijo "dentro de un rato ya no serás mi amigo el alcalde, sólo serás mi amigo".