Era difícil. Casi imposible. Pero los socialistas de Alicante, con Elena Martín -número tres del PSPV y candidata a la Alcaldía en los últimos comicios, en los que cosechó una derrota estrepitosa- como principal protagonista, superaron, una vez más, todas las expectativas y quedaron sumidos en la crisis más grave de su historia durante una reunión de la cúpula local, la primera tras la debacle, tumultuosa y en la que dimitieron hasta trece miembros, en una maniobra orquestada por la propia alcaldable para intentar hacerse con el poder en la agrupación socialista de Alicante a través de una gestora que, en su condición de secretaria de Organización del PSPV, la propia dirigente puede proponer a Ferraz. No lo consiguió por los pelos.

Roque Moreno, aún al frente de una nave destrozada y casi hundida, resistió pero ya ha arrojado la toalla. Hoy citará de nuevo a los restos de su ejecutiva para convocar una asamblea en la que caben todas las posibilidades. Desde la elección de otra dirección hasta que se convierta en una caseta de tiro al blanco contra Elena Martín.

De nada sirvieron para los socialistas de Alicante los mensajes que, a lo largo del fin de semana, llegaron desde Madrid, con el pacto de los "barones" para aupar a Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato a la presidencia del Gobierno; y desde Valencia, donde Jorge Alarte se garantizó la estabilidad, al menos hasta las elecciones generales, con el respaldo del lermismo pero tras asumir, de puertas hacia fuera, un cambio de rumbo tanto en el PSPV como en las Cortes. Elena Martín, sentada el domingo junto a Alarte como número tres de los socialistas valencianos, se puso ayer el traje de batalla y se lanzó al ataque. En el socialismo alicantino todo es diferente.

Dejó claro, en una intervención durísima, que la ejecutiva estaba "muerta" y que, por tanto, era necesario un cambio. La maniobra estaba montada. Sus afines en la dirección y algunos dirigentes socialistas que aspiran a salvar los muebles con una plaza de asesor fueron presentando la dimisión. Hasta trece.

Entre los que dejaron su puesto en la ejecutiva figuran, entre otros, el secretario de Organización y número dos de la lista municipal, Gabriel Moreno; el responsable de Relaciones Institucionales, Vicente Ronda, causante directo de la dimisión como concejal de Roque Moreno tras aparecer en el sumario del caso Brugal; Elvira Montes, colaboradora personal de Elena Martín; Ana Paula Cid, número nueve de la lista municipal; el hasta ahora concejal Vicente Urios; e, incluso, Javier Macho, esposo de Elena Martín, al que algunos reprocharon su dimisión de la ejecutiva pero que mantuviera el escaño en las Cortes que acaba de lograr. Dos de las renuncias llegaron a través de un escrito. Pero aún faltaban otras dos más para forzar la disolución de la ejecutiva.

Hubo, en más de tres horas, discursos en tono casi bélico, con acusaciones a Elena Martín de estar conspirando para hacerse con el control de la agrupación de Alicante sin pasar por la asamblea; críticas al sueldo de más de 60.000 euros que la también número tres del PSPV venía percibiendo de las arcas del partido; agrios enfrentamientos personales entre Gabriel Moreno y el secretario general de los socialistas alicantinos, Roque Moreno, por la supuesta ocultación de una encuesta que ya apuntaba a la debacle; y un duro alegato de Juventudes Socialistas contra la campaña y la acción de la alcaldable. Todo ello, en medio de una gravísima crisis interna que, a día de hoy, nadie sabe cómo afrontar.

Al finalizar la convocatoria, de hecho, Roque Moreno se quedó con los dirigentes que se mantienen en la ejecutiva socialista, entre ellos los afines a Ángel Franco, para buscar una salida. Cargó contra Elena Martín, le reprochó su actitud y denunció "presiones" a miembros de la ejecutiva para que dimitieran a cambio de un empleo como asesor. Finalmente, optó, hoy mismo, por citar de nuevo a la ejecutiva. Casi seguro, se convocará una asamblea -podría celebrarse el sábado 11 de junio o el día 18- en la que el abanico es amplio. Desde la renovación total de la ejecutiva, hasta la sustitución de los dimitidos pasando por un debate sobre los resultados electorales con Elena Martín como blanco de críticas.

Entre desmarcarse de Ferraz y la salida de crear un comité electoral

La convocatoria de una asamblea -la figura equivalente a la celebración de un congreso en los órganos federales, nacionales y provinciales del PSOE- supone, de alguna manera, desmarcarse de la línea marcada por Ferraz. En Madrid, los notables socialistas, como se recordará, frenaron la celebración de un congreso extraordinario. Es la vía para evitar una batalla campal.

Ese fue el camino marcado también el domingo en la Comunidad, aunque con la diferencia de que la crisis que se vive en el PSPV es más profunda. Pero la agrupación de Alicante es diferente. Y, de momento, habrá una asamblea. Y eso supone continuar con la bronca. Los afines a Elena Martín, sin embargo, creen que es mejor que la batalla sea ahora que en 2013. Otra solución, aportada por los afines a Ángel Franco, es nombrar ya un comité de campaña y aplazar el conflicto.