Más de la mitad de las enfermedades mentales de la población surgen en la infancia. Pese a ello, la provincia de Alicante sólo cuenta con diez psiquiatras infantiles que atienden a los menores de edad que sufren trastornos mentales. Muy lejos de los 28 que recomienda la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente (Aepnya) para una población del tamaño de la provincia.

Pocos recursos «que además no están distribuidos de manera uniforme por todo el territorio, ya que hay zonas como Dénia que carecen de este tipo de especialistas y los niños de este departamento tienen que desplazarse a otras zonas de la provincia para ser atendidos», señala Tomás Cantó, psiquiatra de la Unidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil del Hospital General de Alicante.

Consultas más cortas

Esta falta de especialistas repercute de manera directa en las consultas. «Aunque la lista de espera ordinaria se mantiene en dos o tres meses, un periodo de tiempo razonable, ha sido a costa de recortar tiempo de consulta, pasando de una hora de atención a 45 minutos y espaciando los tiempos de consulta, siempre que sea posible». Unas medidas «que no impiden que, en determinadas épocas, la lista de espera se dispare a los nueve meses».

Además de la escasez de especialistas, la falta de camas para ingresar a los menores con problemas mentales es otra de las grandes asignaturas pendientes en la Comunidad, y en concreto en la provincia de Alicante. Sólo el hospital de Orihuela dispone de 8 camas específicas para el ingreso de los menores frente a las veinte que aconseja Aepnya para toda la provincia. Esta situación desemboca, en muchas ocasiones, «con el menor ingresado en las plantas de psiquiatría de adultos», explica Maite Arán, coordinadora de la Asociación de Familiares y Enfermos Mentales de Alicante, Afema. Para Arán «no es adecuado que un niño tenga que estar en el mismo entorno que un adulto con problemas mentales».

Además, «los niños necesitan de un entorno adecuado a sus necesidades escolares, afectivas, familiares y de ocio, que son completamente diferentes a las de los adultos». Cada año, 1.300 menores necesitan ser ingresados por problemas mentales en los hospitales de la Comunidad Valenciana.

Discrepancias con la edad

Pero ni siquiera las franjas de edad que definen a estos pacientes están claras. Según explica Tomás Cantó «los límites que estableció Sanidad en un principio eran 14 años, algo muy poco coherente teniendo en cuenta que la OMS establece que un adulto es a partir de los 18 años». La solución «es que en cada unidad de salud mental establecemos nuestro propio criterio entre los 14 y los 18 años». Nosotros, añade Cantó, «atendemos a jóvenes hasta los 18 años». Para el psiquiatra del Hospital General se trata «de una medida de coherencia, ya que una persona de 15 años no tiene nada que ver con otra de 18».

La provincia de Alicante también carece de centros de día que permitan atender a estos niños y adolescentes «de una manera intensa, todos los días, sin necesidad de hospitalizarles». De la misma manera, cuando estos pacientes tienen que acudir a Urgencias, son atendidos por psiquiatras de adultos.

Para Tomás Cantó, buena parte de estos problemas que cercan la atención psiquiátrica infantil se solventarán cuando el Ministerio de Sanidad cree la especialidad en psiquiatría infantil y juvenil, cuyas primeras plazas de formación se harán efectivas el curso MIR 2011-2012.

«Aunque haya patologías, como la depresión que pueden afectar a adultos y niños, los síntomas son diferentes y hay que saber interpretarlos adecuadamente».

Cuando la especialidad esté en marcha «habrá un grupo de médicos con conocimientos suficientes para tratar al niño con problemas mentales, por lo que la situación se homogeneizará en todo el territorio».