"Especie de víbora, de siete a ocho decímetros de largo y de hocico remangado. Es muy venenosa y se cría en todo el mediodía de Europa". Además de ser el nombre de nuestra ciudad, la palabra Alicante tiene también esta curiosa acepción zoológica, según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Quizá por ello, la Concejalía de Atención Urbana ha elegido una especie de dragón con cabeza alada que también parece una serpiente e incluso recuerda al famoso monstruo del lago Ness para decorar la fuente del Bulevar del Pla.

El dragón es una nueva escultura ornamental de flor y planta que se suma a otros "topiarios" instalados desde hace meses en plazas y glorietas alicantinas. De considerable tamaño, la escultura vegetal se ha instalado dentro de una fuente en varias piezas sobre soportes para producir el efecto óptico de que todo el dragón emerge del agua.

Este topiario es el último que tiene previsto instalar por ahora la Concejalía de Atención Urbana, según explicaron ayer fuentes de este departamento, dentro del plan para adornar plazas y jardines al estilo de Centroeuropa que se inició a finales de 2009. En aquel momento, en una actuación presupuestada en 50.000 euros, se repartieron por distintos puntos de la ciudad siete figuras, entre ellas una pareja de jirafas en la plaza Agatángelo Soler; dos osos en la plaza de Galicia; un flamenco en la Isleta de la Albufereta; un ciclista en la avenida Historiador Vicente Ramos, y un delfín en la rotonda de Jesuítas. En este tiempo algunas han sido objeto de diversos actos vandálicos, como los osos, ya que uno de ellos fue sustraído al día siguiente de su instalación aunque después fue devuelto; y un conductor se llevó por delante una de las dos jirafas al invadir con el coche la rotonda.

Los operarios de Atención Urbana han retirado en las últimas fechas varias de las esculturas ornamentales para su mantenimiento y restauración, y en breve serán repuestas aunque con algunos cambios de emplazamiento. Así, el delfín pasará a la rotonda de la Isleta junto al flamenco; y los ositos no volverán a la plaza de Galicia y se instalarán en uno de los nuevos jardines del acceso sur a la ciudad.

Estos monumentos de jardinería llevan luz indirecta que realza sus perfiles.