El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, rechazó ayer que vaya a haber ajustes de cuentas en el partido tras la derrota del 22-M, convencido de que "éste no es el momento de lamentarse, sino de levantarse", y aseguró que se mantienen las primarias para elegir al sucesor de Zapatero.

En este sentido, el secretario de Organización, Marcelino Iglesias, anunció que propondrá este sábado al Comité Federal del partido que las primarias para elegir al próximo candidato a la presidencia del Gobierno se celebren en verano, es decir, como muy tarde el 23 de septiembre, según fuentes de la Secretaría de Organización, que añadieron que "Iglesias mantiene el criterio de que las primarias son para el verano".

Blanco compareció en rueda de prensa mientras todavía se reunía la Ejecutiva Federal del PSOE que analizó los resultados electorales y que llegó a la conclusión de que, aunque hay que reflexionar y hacer autocrítica tras la "seria advertencia" de los electores, el partido debe mirar hacia el futuro.

Un futuro en el que el PSOE tendrá que elegir a un candidato para sustituir a José Luis Rodríguez Zapatero como cartel electoral en las próximas elecciones generales y, para ello, la fórmula escogida son las primarias. De momento, ningún aspirante al puesto. No ha trascendido que el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, o la ministra de Defensa, Carme Chacón, se hayan postulado, aunque ambos estaban en la reunión de ayer.

Nadie de la dirección federal ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que el sucesor de Zapatero se elija en un congreso federal, previsto en principio para el verano del 2012, y tampoco se ha pedido un adelanto de las generales.

El PSOE, zanjó su vicesecretario general, mantiene la hoja de ruta prevista y el Comité Federal procederá el próximo sábado a fijar el calendario de primarias, del que saldrá un candidato que conjugará la credibilidad y la capacidad de generar ilusión a la gente, garantizó.

Blanco rechazó en la comparecencia informativa que los resultados electorales vayan a terminar en un "ajuste de cuentas" entre dirigentes, porque "no es el momento de la zozobra, sino de proyectarse hacia el futuro".

"Sabemos que los votantes han querido darnos una seria advertencia y nos damos plenamente por enterados", sostuvo Blanco, antes de recalcar: "Muchos ciudadanos nos negaron su apoyo el domingo, pero sabemos que la gran mayoría de los ciudadanos están deseando que les demos motivos para volver a confiar en nosotros en las próximas elecciones".

Expresión del malestar

Dispuestos a "dar la cara" y a "no disimular la realidad", asumió con carácter general que el PSOE ha perdido los comicios del 22-M, pero también puso en valor los más de seis millones de votos recibidos y ha felicitado a los 2.400 alcaldes electos del partido.

Blanco cree probable un trasvase de votos del PSOE al PP, aunque el retroceso importante de los socialistas, que han perdido siete puntos y 1,5 millones de sufragios, no se ha traducido en un apoyo equivalente electoral al PP.

Ha sido así, en su opinión, porque una parte de los electores tradicionales del PSOE se ha decantado por otras opciones y otra buena parte se ha quedado en casa y ha preferido "la abstención crítica".

Según su diagnóstico, la derrota del PSOE ha sido la expresión del malestar ciudadano ante las consecuencias de la crisis, y era "comprensible" y "legítimo" que se reflejara en las urnas.

Blanco también aseguró que los socialistas intentarán formar gobiernos mediante "alianzas progresistas", "transversalmente en el conjunto de España" con IU o con el BNG y mencionó varios territorios donde los gobiernos están pendientes de pactos: Navarra, País Vasco y Canarias.