El juzgado de Instrucción número 8 de Alicante tomó declaración ayer como testigo al jefe de Talleres del Ayuntamiento, Ginés Pérez, en la investigación que mantiene abierta por el "caso Isjoma" por un presunto trato de favor de la corporación a la mercantil que organiza los actos festeros de la ciudad. El técnico negó la existencia de sobornos o de trato de favor hacia la empresa y en este sentido aseguró que nunca había recibido indicaciones de sus superiores para favorecerla. Tan solo reconoció que un par de navidades habrá recibido botellas de vino en los últimos veinte años.

Por esta causa, está imputados dos técnicos del Ayuntamiento, el jefe de Atención Urbana, Victor López, y otro funcionario de la concejalía de Comercio, Diego Agulló. El testigo de ayer es subordinado de López y fue llamado para explicar cómo funciona la contrata de las sillas.

El técnico aseguró que si había diferencias entre los metros de escenario pedidos y los efectivamente servidos, podía deberse a que se necesitaran más metros para realizarse el espectáculo. En este sentido, señaló que en los trabajos realizados por Isjoma al margen del contrato, la diferencia de metros puede deberse a que a veces el organizador no sabe que el escenario debe ser más grande. En esos casos, se consulta al Ayuntamiento y éste lo autoriza por necesidades del servicio, hecho que acaba reflejado en el parte de trabajo. De todos modos matizó que la factura final no se especifica el aumento de la superficie del escenario.

Según su declaración, el suministro de las moquetas se hace por pedido: se entrega un albarán, se comprueba la factura y si es correcto se firma. En el caso de que sobre material, se guarda en un almacén, pero que prácticamente se compra para las necesidades del servicio. El técnico aseguró que no era competente para la compra de las sillas y que para eso existen otras dependencias. En este sentido dijo que desconocía si las sillas pertenecen a Isjoma o a otra empresa y dijo que nunca ha tenido ningún problema con la contrata.