Los juzgados de lo Penal de Alicante están absolviendo por los pequeños pases de hachís dentro de la cárcel, según las resoluciones a las que ha tenido acceso este diario. El motivo de estas absoluciones es que la Fiscalía está acusando por todos los casos de aprehensiones de sustancias estupefacientes dentro de la cárcel, aunque sean por cantidades tan pequeñas que en caso de intervenirse en la vía pública no serían objeto de sanción penal alguna.

La postura de los jueces es que algunas de estas cantidades son tan insignificantes que carecen de los efectos dañinos que sirven de fundamento a la prohibición legal. Sin embargo, para el ministerio público quien introduce droga en la cárcel lo hace con la finalidad de traficar con ella. Por este motivo, ya están recurriendo ante la Audiencia estas absoluciones.

Durante estos meses están acumulándose en los juzgados de Benalúa varios casos de personas que intentaban pasar droga a sus familiares o parejas sentimentales oculta entre sus ropas durante un vis a vis en los centros penitenciarios de Fontcalent y Villena. Los acusados habían sido sorprendidos por el personal de la cárcel en el momento en el que pasaban por el arco de seguridad. En la mayoría de los casos, las cantidades intervenidas rondan los siete gramos de hachís y la Fiscalía está solicitando penas que oscilan entre un año y seis meses de cárcel o tres años de prisión. Las fuentes judiciales consultadas por este periódico señalaron que con esas mismas dosis en la vía pública no se habría abierto ninguna causa penal. Por estos mismos argumentos, los jueces están absolviendo por estos delitos. Además precisan que los acusados son familiares y facilitan la droga para el consumo propio del preso.

Uno de los casos más extremos de esta discrepancias de los jueces con la Fiscalía se dio en un reciente proceso, donde el ministerio público había conseguido cerrar un acuerdo con el abogado defensor del acusado, para que éste admitiera los hechos a cambio de una rebaja en la condena. Para sorpresa de fiscal y abogado, el juez no admitió el acuerdo negociado. Y no lo hizo, porque en el mismo juicio procedió a absolver al acusado de todos los cargos.

La Fiscalía ya ha anunciado que va a recurrir todas estas absoluciones ante la Audiencia Provincial. Fuentes del ministerio público indicaron que el delito se comete por el tráfico de estas sustancias ilegales y que aquellos que piden a un familiar que se las lleve a la cárcel es porque tienen intención de venderla. "Puede que se dedique una mínima parte al autoconsumo, pero el resto la venden a otros presos", precisaron las mismas fuentes. En este sentido, explicaron que en los últimos meses se ha detectado un aumento de los intentos de pases de droga dentro de la cárcel, lo que les lleva a pensar que hay redes organizadas dedicadas a controlar este tráfico dentro de la prisión. En algunos casos, se ha comprobado que para introducir la droga se ha elegido como destinatario a reclusos con un régimen de vigilancia menos severo, para tratar de burlar la seguridad de la prisión.

La Audiencia ha juzgado otros casos que sí han terminado con condenas de cárcel. Pero es que se trataba de sustancias más graves, como es cocaína. Esta misma semana una mujer ha sido condenada a un año y medio de reclusión por haber tratado de introducir en la cárcel de Villena pequeñas dosis de hachís y cincuenta pastillas a su hijo durante un vis a vis. Defensa y Fiscalía lograron cerrar un acuerdo antes del juicio.

Instituciones Penitenciarias achaca las intervenciones a la mayor seguridad

Desde Instituciones Penitenciarias se ha descartado que haya un aumento del tráfico de drogas en el interior de las cárceles y se achaca el hecho de que se produzcan más intervenciones a un refuerzo de las medidas de seguridad.

La mayoría de estas capturas de droga se están produciendo en el momento en el que los familiares pasan por el arco de seguridad. En algunas cárceles, el Servicio Cinológico de la Guardia Civil colabora en el dispositivo de control con sus perros. Curiosamente, el momento en que ven los perros algunos familiares han abandonado a toda prisa la cola para acceder al centro penitenciario. Pero estos pases que se están juzgando ahora en su mayoría corresponde a aprehensiones que se producen tras pitar el arco de seguridad.

Las fuentes consultadas por este diario señalaron que tanto la droga, como las sustancias que se emplean para envolverlas son detectadas por estos aparatos. Por este motivo, a estos familiares se les aparta de la cola y se les somete a un cacheo por parte del personal de la prisión. Las sustancias suelen ser encontradas dentro de la ropa interior y a veces dentro del cuerpo de los familiares.

Las condiciones en las que se realizan estos pases de droga obligan necesariamente a que se tengan que introducir las dosis de una manera reducida, a fin de evitar riesgos tanto de ser sorprendido, como de la pérdida económica que supondría la intervención del pequeño alijo. P. C./J. A. M.

Magro respalda las absoluciones

Aunque la Audiencia Provincial todavía no se ha pronunciado oficialmente en ninguna apelación sobre si procede la condena o no en estos casos, el presidente de este órgano judicial, Vicente Magro, ha elaborado un estudio en el que argumenta que cuando se trata de cantidades insignificantes, procede la absolución del acusado, aunque las fuerzas de seguridad le hayan sorprendido traficando con estas sustancias.

Magro recuerda varias sentencias del Tribunal Supremo en las que se concluye que las cantidades intervenidas no son suficientes para causar el daño en la salud que trata de proteger esta sanción penal. No obstante, Magro señala que la obligación de las fuerzas de seguridad es detener en cuanto detectan el tráfico, porque los agentes no pueden determinar en ese mismo momento cuál es el peso que tiene la droga y también la pureza.

En los casos analizados en los futuros recursos, los magistrados tendrán que ver si las cantidades son tan insignificantes como para justificar la absolución y si éstas van destinadas efectivamente al autoconsumo. En estos casos, se trataría de familiares que tratan de hacer llegar al recluso su dosis en prisión.

La Fiscalía en cambio mantiene que ese autoconsumo no existe y que gran parte de estos pases de sustancias estupefacientes tienen como fin el tráfico. Cuando la droga intervenida es cocaína o heroína no hay problema para que la acusación prospere. En cambio, cuando se trata de hachís es cuando se están dando las absoluciones. J. A. M.