Los vecinos del Casco Antiguo están contentos con el resultado final de la plaza San Cristóbal tras su remodelación, que está próxima a concluir, sobre todo porque el nuevo pavimento evita los resbalones que provocaba el anterior, según explicó ayer la presidenta de la asociación de vecinos, María Dolores Peretó. "Estamos encantados después de varios meses encerrados entre vallas", dijo.

Los trabajos, que comenzaron en enero, obligaron a levantar toda la plaza sólo diez años después de que el enclave fuera sometido a una profunda remodelación. Poco después, el pavimento se empezó a cuartear por su escasa resistencia provocando caídas entre los peatones, y también existía un problema de goteras en el estacionamiento subterráneo de la zona por su mala impermeabilización.

La actuación principal ha consistido en proteger bien la plaza para evitar filtraciones de agua en los establecimientos próximos y en pavimentarla, y desde hace unas semanas ya está totalmente abierta al paso. Queda pendiente la columna de cristal que ocupará el centro de la plaza -donde antes había una fuente-, que estará iluminada por dentro y que servirá como elemento decorativo.

También se ha instalado el parque infantil que, unido a la columna iluminada y a las macetas que puedan colocar, contribuirá a animar la imagen de la plaza, o eso es lo que esperan los vecinos. María Dolores Peretó añadió que ahora que no hay filtraciones la empresa que gestiona el parking subterráneo ha pedido presupuesto para su reparación integral.