El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Jorge Alarte, se comprometió ayer a incrementar en 1.000 millones el gasto público en el sistema autonómico de salud y rechazó el copago sanitario por considerar que rompe los principios de "solidaridad y equidad".

"Los valencianos dicen que están satisfechos del sistema nacional de salud, y creo que responden que sí porque tenemos grandes profesionales que, a pesar del modelo, sostienen el sistema", aseguró. Al respecto, se comprometió a no ceder "ni un solo espacio sanitario público" al modelo privado y a incrementar en 200 euros por habitante al año el gasto público en sanidad.

"He hablado del copago con los empresarios de AVE y Cierval y les he dicho que no con rotundidad, porque los ciudadanos ya pagan la sanidad en sus impuestos, así que no es gratuita. Si exigen más eficiencia y responsabilidad, sí, pero el mecanismo para ello no es el copago. Me niego a abrir la puerta a no se sabe qué", añadió.

Su propuesta no contempla ninguna subida de impuestos, subrayó y advirtió de que "Camps prepara una pesadilla si obtiene la mayoría el 22-M, puesto que reducirá la cifra de médicos, profesores, universidades, colegios e investigadores".

Por su parte, el secretario de Sanidad del PSPV, José Ramón Mayans, advirtió de que el sistema de salud valenciano acumula el 25 % del total de la deuda sanitaria española, que ha cifrado en 2.700 millones de euros, y que "con lo que ha costado La Fe, unos 420 millones, posiblemente se hubiesen podido construir dos hospitales".

También aseguró que los planes del actual Ejecutivo valenciano pasan por "la privatización total del sistema sanitario y la venta del los centros públicos, aunque no se hará de forma directa, porque durarían quince días en el Gobierno, sino a través de fórmulas intermedias y nuevas fórmulas de gestión".