Organizaciones ambientales de México y varios afectados han denunciado que la constructora Hansa Urbana, de Alicante, "destruirá" uno de los arrecifes coralinos mejor conservados del mundo en Baja California, con un plan urbanístico de 27.000 habitaciones, similar a la oferta de la turística Cancún.

La denuncia pública la han efectuado en Alicante, precisamente donde tiene la sede Hansa Urbana, sociedad participada por Caja Mediterráneo (CAM), que ha adquirido 3.800 hectáreas en el municipio de Los Cabos para levantar esta promoción urbanística dirigida a turistas de alto poder adquisitivo, con una inversión de 1.400 millones de euros (2.000 millones de dólares).

El macroproyecto urbanístico Cabo Cortés contempla a una escasa distancia del parque nacional de Cabo Pulmo 27.000 habitaciones, entre las repartidas entre siete hoteles y 10.000 viviendas residenciales, así como dos campos de golf, un puerto deportivo con 490 amarres, lagunas, canales, un aeropuerto privado y otras infraestructuras de apoyo.

En declaraciones a EFE, Alejandro Olivera (Greenpeace México) ha explicado que la reserva de Cabo Pulmo fue bautizada por el oceanógrafo Jacques Cousteau como "el acuario del mundo" por su importancia tanto cualitativa como cuantitativa de peces en el Golfo de México.

Para el activista de Greenpeace, se trata del mejor ejemplo de conservación de ecosistemas marinos de México y así está considerado por la UNESCO, que lo ha catalogado como Patrimonio de la Humanidad, mientras que también figura en el convenio Ramsar.

Además de su valor ecológico, la riqueza del arrecife coralino hace que de la zona salgan a los caladeros pesqueros mexicanos el 50 por ciento de las capturas del país, algo que quedará perjudicado por el proyecto urbanístico de Hansa Urbana, según Greenpeace.

Ha explicado que junto al parque nacional existe una comunidad local de 120 personas que, hace dieciséis años, dejó de pescar para pasar a conservar este espacio y promover el ecoturismo.

Olivera ha asegurado que la construcción del macroproyecto de Hansa Urbana provocará el fin de la reserva marina tanto por la tareas de edificación (por el tráfico de materiales y la turbidez de las aguas) como por la actividad residencial y turística propiamente dicha, debido a los residuos que generará, el movimiento de embarcaciones y la escasez de agua en ese área de Baja California.

Judith Castro, de la asociación Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo y miembro de la comunidad local afectada, ha lamentado a EFE que Hansa Urbana quiera "exportar a México el modelo del turismo residencial que ha destrozado la costa de España en las últimas décadas".

Ha relatado que la promotora cuenta con una licencia parcial de edificación, lo que le permitiría comenzar a construir cuando desee, y ha informado de que hay una veintena de organizaciones mexicanas que luchan para que finalmente esto no ocurra.

"Hansa Urbana quiere llevarse a México la destrucción de la costa de España", ha lamentado Castro, quien ha recordado que el arrecife coralino sólo vive en un entorno de agua clara, que terminará si se construyen casas y hoteles para una población estimada de 40.000 personas.

Ha recordado que los habitantes de Cabo Pulmo dejaron de pescar en 1995 para evitar agotar los recursos naturales y que pasaron a gestionar un turismo sostenible en la zona, con excursiones de buceo y canoa que les permite ser autosuficientes económicamente.

Según esta afectada, desde Hansa Urbana les aseguran que el proyecto es viable desde el punto de vista ecológico aunque los colectivos no comparten esta opinión.

Ante esta situación, todavía confía en que en el último momento la constructora de Alicante y su participada, CAM, cambien su postura y eviten trasladar "un modelo de construcción masiva y turismo de 'sol y playa', que ha llevado a las zonas costeras al límite en destrucción ambiental, en corrupción y actividades inmobiliarias".

Para Patricia Dopazo, de Acsud Las Segovias, "ante la crisis en España, empresas como Hansa Urbana están embarcadas en una huida hacia adelante que les lleva a exportar el modelo a otros lugares, aún a pesar de los costes sociales, medioambientales y laborales de este modelo, que están más que demostrados".