La polémica por la ley antitabaco se ha trasladado del interior de bares y restaurante al exterior de los mismos. Y es que, en los últimos meses, el número de denuncias por ruido en la calle durante la noche se ha disparado en la ciudad de Alicante. «Desde el pasado mes de enero cada día recibimos varias quejas por este problema, cuando antes era algo más bien excepcional», señalan fuentes de la Unidad de Aperturas y Disciplina Urbanística del Ayuntamiento.

La situación ha provocado que algunos establecimientos, como un bar ubicado en la calle Médico Pascual Pérez, hayan tenido que poner en la entrada carteles que piden: «Por favor, moderad el volumen de vuestras conversaciones. Respetad el descanso de los vecinos».

Los residentes del Casco Antiguo son los más perjudicados por esta situación. «Cuando por fin conseguimos que los pubs instalaran la doble puerta para amortiguar el sonido, ya no sirve de nada, porque como la gente entra y sale constantemente la música se oye a todo volumen», señala María Dolores Peretó, presidenta de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo. Un problema al que se suma «el enorme botellón en que se ha convertido el Barrio los fines de semana, porque la gente consume alcohol en la calle para poder estar fumando».

Reunión con la Policía Local

Los residentes de esta zona de la ciudad se han reunido esta semana con la Policía Local para explicarles la situación en la que se encuentran. «Nos han prometido que las diferentes unidades vigilarán que las puertas de los pubs se mantengan cerradas y que se cumpla con la normativa de no consumir alcohol en la vía pública». Peretó reclama una «solución rápida, porque es imposible dormir y nos sentimos como si hubiéramos vuelto a empezar con nuestras reivindicaciones contra el ruido». Por su parte, los propietarios de los bares de esta zona de la ciudad se sienten atados de manos ante el problema. Ignacio Cardona, presidente de la asociación que representa a este colectivo, asegura que la situación «es inevitable, ya que el tabaco no se deja de un día para otro y si la gente no puede fumar dentro de los bares lo hará fuera». Aunque la inmensa mayoría de los locales cuentan con un portero, éstos únicamente «pueden llamar la atención cuando alguien grita de demasiado, pero poco más pueden hacer. Nosotros tenemos potestad de puertas para dentro del bar, lo que ocurre fuera no podemos evitarlo».

Más inflexible se muestra respecto a que se consuma alcohol en la calle. «Es ilegal y en eso somos muy estrictos. No dejamos sacar copas a la calle bajo ningún concepto». El representante de los empresarios del Casco Antiguo asegura que «queremos colaborar con los vecinos para solucionar este problema» y añade que «estaríamos encantados de que se multase a las personas que consumen alcohol en la calle».