No hay dinero. Hay crisis. Y los principales partidos políticos han optado por volver a sus orígenes. Se han visto obligados, con la crisis azotándoles como a cualquier hijo de vecino, a rebajar el gasto electoral hasta en un 50%, según el caso, para reducir de forma drástica el número de mítines, la cartelería, el "merchandising" y la propaganda para volcar todos sus esfuerzos en el buzoneo -la única partida intocable-, las redes sociales y el "boca a boca" en aforos reducidos -cafés o "picaetas" que han sustituido a las cenas- que se traducirá, durante la última semana de campaña, en el reparto de votos en mano para consolidar todos esos contactos. "En algún municipio puede acabar ganando el que tome más café", define la campaña, de forma gráfica, el coordinador electoral provincial de los socialistas, Federico Buyolo.

El propio jefe del Consell, Francisco Camps, durante un acto en Valencia, confirmó ayer este cambio de rumbo de la campaña, golpeada más que nunca por los efectos de la crisis. Camps explicó que la reducción de vallas con su fotografía y la limitación de mítines electorales se debe al "compromiso de ahorrar al máximo y destinar esos fondos a cuestiones sociales". El PP dedicará parte de esos fondos a Cáritas, anunció el jefe del Consell. "Nos hemos centrado en el puerta a puerta. Llevo cuatro días tocando los timbres. Pensaba que iba a ser arriesgado, pero no me han cerrado ninguna puerta. La fórmula está siendo efectiva. Recogemos lo bueno y lo malo, lo apuntamos y podemos atender directamente las demandas y los problemas", aseguró.

Para el coordinador provincial del PP, el diputado Miguel Peralta, todos los nuevos elementos de esta campaña están relacionados. "Gastar menos en propaganda obliga a potenciar el contacto directo y, en esa tesitura, encajan las redes sociales. Con un perfil puedes llegar a mucha gente y a coste cero", explica Miguel Peralta que cifra el recorte de los gastos de campaña del PP en un 40%. "Todo está ligado a la crisis", afirma el diputado que, además, apunta otro elemento de reflexión. "El mensaje ya no puede ser grandes eventos sino la apuesta por el empleo. El que no lo haga así está mintiendo", subraya.

Federico Buyolo, coordinador socialista, revela que el PSPV ha tenido que recortar en un 25%. El presupuesto provincial alcanza, únicamente, los 40.000 euros. "Estamos incidiendo en los actos pequeños, de contacto. Más de cercanía", apuntó Buyolo. José Antonio Fernández Cabello, de EU, reveló que su formación ha recortado en un 50% el gasto. Para la ciudad de Alicante, por ejemplo, se tendrán que apañar con 6.000 euros. "La gente quiere desahogarse. Contarte sus problemas. Eso potencia una campaña de reparto en mano y de atención personal", algo en lo que coincide, igualmente, Natxo Bellido, de Compromís. "Nosotros gastaremos un tercio del dinero de 2007. En la ciudad de Alicante, por ejemplo, unos 4.000 euros", desvela el dirigente de Compromís, formación que ha hecho una importante apuesta por la presencia en redes sociales.

Ningún partido, eso sí, renunciará al buzoneo. Los cuatro han contratado "mailings" todos los electores que reforzarán, especialmente EU y Compromís, con el reparto de votos en mano en la última semana de campaña. A EU le preocupa, aunque no en exceso, el limitado número de municipios que tiene cubierto. Ha presentado 38 listas locales por las 83 poblaciones que tiene cubiertas Compromís. "Nos puede afectar relativamente. Confiamos en nuestra gente", señala Fernández Cabello. Una campaña sin demasiada agitación favorece, especialmente, la estrategia del PP, por delante en las encuestas, de "dormir" el debate. El arranque, precisamente, ha estado marcado por el desinterés ciudadano, la desmovilización y el bajo tono, lo que demuestra la incapacidad del PSPV para movilizar a sus votantes.

En este sentido, a 24 horas de cerrarse el plazo y de acuerdo con los datos de la Subdelegación del Gobierno, se han registrado menos certificaciones globales de voto por correo. Frente a los 16.276 electores de la provincia que solicitaron el voto por correo en los comicios de 2007, ahora apenas se han registrado un total de 14.768 electores para participar en la jornada de votación, más de 1.500 menos. La administración movilizará a cerca de 30.000 personas para poder organizar la jornada de votación del 22-M.

mitad de sus votantes- para intentar remontar en las encuestas. Para las dos formaciones que se juegan continuar en las Cortes -Esquerra Unida y Compromís-, un descenso de la participación alimentaría sus opciones de volver a sentarse en el hemiciclo autonómico. Con una afluencia a las urnas que se situara en el 65% del censo electoral, el listón para entrar en las Cortes se situaría alrededor de los 110.000 votos, un número de papeletas que ambos ya superaron en 2003, cuando las dos formaciones se presentaron por separado. Eso sí, en aquella ocasión, el listón electoral se situó en los 119.000. EU lo superó y el Bloc -ahora dentro de Compromís- se quedó en 115.000.