Con un país sumido en la crisis y con una elevada tasa de paro, la alcaldesa y candidata popular, Sonia Castedo, tiene claro donde hincar el diente y, siguiendo el manual de campaña del PP, a sus promesas electorales de creación de empleo añade un bombardeo de críticas hacia el Gobierno central y su presidente. Pese a tratarse de unas elecciones locales, ha convertido a Zapatero en el blanco de sus reproches y ayer, en su segundo discurso pronunciado en la plaza de San Blas, intensificó aún más sus ataques y le acusó de "no tener vergüenza ni dignidad" y de ser "un burro por no haber sabido salir" de la crisis mientras "otros países sí lo han hecho".

Castedo fue recibida entre aplausos y flases a su llegada a San Blas y, con un tono más solemne que durante su primer mitin en el centro, arrancó su discurso aludiendo al desempleo: "Queremos trabajo, trabajo y trabajo. Ese es el principal problema de los alicantinos y, por ello, también es el del PP". Centró en ello su alocución, en la que repitió que "el enemigo no es el PSOE ni ningún otro partido, sino el paro, contra el que lucharé día, tarde y noche". La candidata tendió una mano y aseveró estar dispuesta a tener en cuenta cualquier "buen proyecto" para generar empleo "venga de quien venga".

En esta ocasión, tampoco estuvo presente en el mitin el presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, y número dos en la lista de Castedo. Sí estuvo el resto de su candidatura, que siguió entre aplausos el discurso de su líder.

Sus críticas a Zapatero coparon gran parte de su intervención. Le acusó de la crisis, del desempleo y del descrédito de los políticos. También se dirigió a su adversaria socialista en las urnas, Elena Martín, para recordar, una vez más, que llamó a la ciudad "cutre y casposa". Tras referirse a la candidata del PSOE, Castedo incidió en que a ella le gustaría "seguir siendo alcaldesa" y aseguró que, a diferencia de su rival, "ofrezco saber hacerlo". Arrancó un enérgico aplauso al terminar su frase señalando que para ella "Alicante es la mejor ciudad que he conocido en mi vida".

Castedo se comprometió a dedicarse con "alma, corazón y vida" a solucionar problemas y argumentó que "el día que pierda mi objetivo de dar servicio tendré que dejar de ser alcaldesa".

En cuanto a su programa electoral, la candidata se ganó el calor del público, en el que predominaban la gente mayor y alguna que otra madre con sus niños, al anunciarles que remodelaría la plaza de San Blas. Volvió a recordar que el eje de sus promesas es el empleo y no los grandes proyectos. "Yo no miento", dijo Castedo, quien se mostró dispuesta a "rectificar una y mil veces si cometo errores".

Como si fuera la cenicienta del cuento, la alcaldesa aseveró que ha desgastado sus zapatos a costa de "patearse la ciudad" y que nunca pensó "haber llegado hasta donde estoy".

Para despedir su discurso volvió a referirse a la crisis y recitó una poesía en contra de Zapatero.