Clientes y vendedores del mercado municipal de Babel iniciaron ayer la semana de la peor manera posible. Los primeros sin poder comprar viandas para recuperar neveras y despensas tras el fin de semana, y los segundos, y esto es lo peor, sin poder trabajar al encontrarse con que las instalaciones se habían quedado sin suministro eléctrico desde la tarde-noche del sábado.

Suministro que se no se recuperó hasta las 16.30 horas de ayer lunes tras casi 44 horas a oscuras. Las consecuencias fueron catastróficas debido a que la mayoría de los 40 puestos del mercado trabajan con productos perecederos que al no funcionar neveras y cámaras se echaron a perder. Lo mismo que el género -embutidos, congelados y carnes- de un supermercado que comparte instalaciones con los vendedores de Babel. La primera reacción fue llamar a Iberdrola buscando explicaciones pero, en este caso, la culpa no fue del compañía suministradora sino de la falta de mantenimiento eléctrico del Mercado y, en concreto, de una avería en un cable que nadie detectó el sábado y que provocó que no llegara el suministro a los puestos con la suficiente potencia y cantidad para que las cámaras hubieran seguido funcionando.

Nieves Martínez, presidente de los vendedores de Babel, no daba crédito a la situación que se encontraron ella y sus compañeros cuando a las ocho de la mañana se dispusieron a comenzar la jornada. "Imagínese. Llegar a trabajar y encontrarte con todo el género echado a perder. No sabría calcular las pérdidas pero seguro que no bajarán de los 20.000 euros -quinientos por puesto- más lo que haya perdido el supermercado y lo que no hemos podido vender hoy". Martínez expresó también su indignación "por el trato que hemos recibido de Iberdrola. Somos un mercado y creo que debieran haber tenido un poco más de consideración. Si se me va la luz en casa pues no plancho pero aquí trabaja gente y hay género almacenado que se ha estropeado". El caso es que al final se descubrió que la culpa no era de la compañía sino del Ayuntamiento responsable del mantenimiento de un mercado que es municipal.

Filetes, hamburguesas, quesos frescos, embutidos como el jamón de york, salchichas, mantequillas... todo acabó en la basura para desolación de los vendedores y de los clientes que vieron como se había perdido todo "y no están los tiempos para desperdiciar nada", lamentó Nieves Martínez, desolada y sin saber muy bien dónde y a quién dirigir la denuncia por tal despropósito.

El cuadrado eléctrico con el que se encontró el electricista que fue a reparar la avería prácticamente era, según la denuncia de algunos vendedores, el mismo con el que se inauguró el mercado hace 29 años. Afortunadamente, el incidente se quedó en miles de euros de pérdidas económicas y un día sin faena, pero quién sabe lo que hubiera pasado sin vez de un cable hubiera sido un cortocircuito en pleno fin de semana.