La empresa constructora alicantina Hansa Urbana negó hoy que el complejo turístico Cabo Cortés, que edifica en el estado mexicano de Baja California Sur, vaya a afectar al arrecife coralino de Cabo Pulmo, el único situado en el golfo de California, ante las denuncias de varias organizaciones no gubernamentales (ONG).

La compañía convocó hoy una rueda de prensa, la primera desde que varias ONG criticaran a mediados de 2010 el proyecto de Hansa, en el que se invertirán unos 2.000 millones de dólares, por considerar que afectará al arrecife, de unos 20.000 años de antigüedad y situado a 17 kilómetros del complejo en construcción.

Cabo Pulmo acoge a 226 de las 875 especies de peces que existen en el golfo de California, en el noroeste de México, de acuerdo con información oficial, y fue declarado en 1995 área natural protegida por las autoridades, y hoy es un parque nacional con 7.111 hectáreas, el 99 % de ellas en el mar.

A juicio del director de Cabo Cortés, Jesús Guilabert, la información difundida por ONG como Greenpeace, Wildcoast/Costa Salvaje, las mexicanas Niparajá, Pro Natura Noroeste, Comunidad y Diversidad y Amigos de Cabo Pulmo, entre otras, "busca desinformar y confundir a la opinión pública".

Explicó que el complejo, que construye la filial Hansa Baja Investments, ocupa parte de un terreno de 3.800 hectáreas, de las cuales 2.500 hectáreas serán de reserva ecológica y 1.300 estarán destinadas para el desarrollo.

Además, Guilabert dijo que el proyecto será levantado en cinco fases, que se completarán en 30 o 40 años.

Cabo Cortés "no va a aparecer de un día para otro", y "crecerá de manera ordenada", manifestó.

El ejecutivo detalló que el plan prevé que en el lugar se construyan unos 8.000 condominios, 15 hoteles, una marina náutica y dos campos de golf de 18 hoyos, lo que dará empleo a unas 19.000 personas (8.000 directos y el resto indirectos).

Con ello quiso descartar que el proyecto vaya a ser "un nuevo Cancún", como denuncian las organizaciones civiles.

La primera fase del desarrollo ocupará 465 hectáreas y tendrá 7 hoteles, 2.500 viviendas, la marina y uno de los dos campos de golf, lo que Hansa prevé construir en 10 años.

La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) de Cabo Cortés fue aprobada por la secretaría de Medio Ambiente de México en septiembre de 2008.

Después el proyecto fue suspendido temporalmente cuando una habitante de la zona interpuso un recurso de revisión y finalmente se autorizó por segunda vez en marzo pasado, aunque las autoridades pusieron ciertas condiciones al proyecto.

Guilabert declaró que las viviendas y los hoteles se edificarán en la única cuenca sin salida al mar del predio, por lo que las descargas de aguas negras irán a una planta de tratamiento de aguas residuales, que una vez tratadas se usarán para regar zonas verdes y campos de golf.

La firma española propuso un convenio a la Comisión Nacional de Áreas Nacional Protegidas (Conanp), el organismo encargado de cuidar Cabo Pulmo, por medio del cual promete entregar cada año 1 millón de pesos (60.000 euros) al parque natural durante 49 años para labores de cuidado y mantenimiento.

Un centenar de ONG pidieron el 14 de marzo pasado "salvar" Cabo Pulmo, y exigieron a las autoridades "que se cancele definitivamente la autorización del megadesarrollo turístico".