Si antes de iniciarse el debate en Canal 9 de ayer las dos candidatas se saludaban sonriendo para las fotos, al final cualquiera hubiera apostado a que se marcharon sin siquiera despedirse. Y es que el tono correcto y monótono con que glosaron sus propuestas, se rompió al final acabando, si no como el rosario de la aurora, porque tampoco llegó a eso la cosa, sí con crispación y enfado, sobre todo por parte de la candidata del PP, Sonia Castedo, ante las acusaciones de corrupción por parte de Elena Martín. Castedo llegó a dirigirse directamente a su oponente en varias ocasiones pese a que prácticamente durante todo el debate había optado por ignorarla y contraatacó a su vez acusando al PSOE de no haber sabido gestionar la crisis económica.

El debate, por llamarlo de alguna manera ya que el formato de turnos de intervención no deja lugar a las réplicas entre las candidatas, se prolongó durante más de 40 minutos. Las dos aparecieron con un vestuario similar ,con chaqueta, gris la de Castedo y azul la de Martín, y camiseta blanca debajo, las dos muy pulcras y correctas igual que sus primeras intervenciones en las que lo que tocaba era hacer un balance de la legislatura que ahora acaba. Inició su turno Sonia Castedo en el tono institucional que como alcaldesa quiso mantener para afirmar que «gobernar exige lealtad con uno mismo, con la institución y con la ciudad», y entrar directamente a resaltar algunas de sus realizaciones y proyectos como las entradas Norte y Sur, el tramo de la Vía Parque por San Gabriel o la campaña de Alicante Guapa. Castedo dijo en varias ocasiones durante el debate que «no es momento para las grandes obras, sino para ayudar a la gente», porque «no queremos a más alicantinos pidiendo comida en los centros sociales», y aludió a la crisis y al paro como los principales problemas en el que sería el argumento principal de su intervención.

La candidata popular fue reafirmándose a lo largo del debate y los nervios iniciales dieron paso a una mayor seguridad y aplomo. Algo parecido le ocurrió a la candidata socialista quien empezó su intervención muy descolocada y nerviosa y, poco a poco, fue encontrando su sitio pese a que la inexperiencia juega en su contra frente a una Castedo más acostumbrada a enfrentarse a las cámaras. Elena Martín empezó atacando al PP «que ha situado a Alicante a la cola y ha tirado 16 años de oportunidades por la borda» para luego exponer algunos de los puntos de su programa electoral destacando «la creación de mil puestos de trabajo directos desde el Ayuntamiento». Ambas hablaron de medidas de empleo, de austeridad en el gasto, de desarrollo de los barrios, de seguridad, de cultura y de zonas verdes. Castedo prometió que «pese a que haría falta», no subirá los impuestos y Martín que habrá más participación ciudadana; cada una a lo suyo y dirigiéndose a la cámara como si la otra no estuviera presente. Así hasta que Elena Martín se destapó aludiendo a la corrupción y a «la vergüenza que nos provoca que un periódico de Estados Unidos ponga a Ripoll como ejemplo de corrupción, o otros titulares en los que el fiscal pide la imputación del hermano de la señora Castedo». Martín añadió que «no vamos a consentir que el futuro de Alicante se vuelva a decidir en un yate», en referencia al empresario Enrique Ortiz, e indicó que «el PP ha perdido la batalla de la honestidad».

Ante estas acusaciones, la actual alcaldesa replicó cáustica y enfadada dirigiéndose directamente a Martín para decirle que «no voy a responder a los insultos porque bajaría a su nivel y ahí usted me ganaría por experiencia». Castedo aprovechó su intervención con la que se cerraba el debate, para increpar a su oponente por no hacer referencia a las tasas de desempleo para señalar que «me da vergüenza que ustedes no hayan hecho la mínima declaración criticando a su partido que ha sido incapaz e inútil para frenar el paro». Castedo arremetió contra el gobierno central del que dijo que «ha destruido el país, nuestra provincia y todo lo que toca por incapacidad», y concluyó señalando que «tenemos que demostrar que no queremos a un gobierno que ha llevado a la ruina al país, y el día 22 podemos poner la primera piedra para demostrarlo» en un intento de aprovechar el desgaste de Zapatero.