Inmerso en la búsqueda de medios para ayudar a las personas a sobrellevar las sacudidas de la crisis, el director de Cáritas de la Diócesis Orihuela- Alicante, Jaime Valcaneras, (Valencia 1943) pone el acento en el aumento de las dificultades a las que en los últimos años están haciendo frente las familias. Realidades con nombres y apellidos que han visto como los problemas económicos abrían nuevas brechas relacionadas con la pérdida de la vivienda, las separaciones familiares o el repunte del maltrato infantil en los hogares.

La campaña electoral ya ha arrancado. Usted está en contacto con personas que atraviesan unos momentos de especial dificultad. ¿Qué propuestas no deben pasarse por alto en los compromisos electorales de los diferentes partidos?

La situación que estamos viendo ahora es producto de un periodo que empezó hace unos años como crisis pero que amenaza con convertirse en algo crónico. Una realidad con problemas muy diferentes y de gran virulencia respecto a los del inicio y que hacen muy necesario que el conjunto de los agentes, políticos, empresarios y colectivos sociales unan esfuerzos para generar puestos de trabajo dignos y con un salario justo.

Habla de un cambio de fase en la crisis. ¿Cómo se ha traducido en el trabajo que se realiza desde Cáritas y en la situación que atraviesan las personas que buscan ayuda en la asociación?

Las necesidades son perentorias y han desencadenado nuevas consecuencias. En estos momentos se han disparado los desahucios como efecto de esa cronificación de la falta de empleo. Inestabilidades que han llevado a muchas personas a la infravivienda, a caer en casos de maltrato infantil, separaciones... Los ejemplos son muy duros, madres con niños a su cargo que suprimen comidas en sus hogares para poder desviar los pocos euros que ingresan a pagar la hipoteca al banco para no verse en la calle.

Ante esta radiografía¿Qué medidas se hacen imprescindibles y urgentes?

Nuestra posición está en la ayuda, es a otros actores a quienes les corresponde idear esas fórmulas que generen trabajo, ya que los subsidos se acaban y no son la solución sino auténticos parches que no resuelven el problema de los bautizados como "nuevos pobres". Nuestra bolsa de empleo ya no recibe ofertas, algo que hace unos años no sucedía y ahí es donde hay que trabajar.

¿Las dificultades económicas están mermando la ayuda que llega a Cáritas?

Es una satisfacción poder decir que la crisis ha reforzado, pese a las adversidades, la sensibilidad y solidaridad tanto de las personas anónimas como de las empresas que tanto con dinero como en especie están cooperando con la organización. Además, nuestro número de voluntarios ha crecido con cerca de 1.200 personas ayudando en áreas como la formación y la búsqueda de empleo, los programas de mujer o de salud. Un hecho destacable ya que muchas de esas personas que prestan ayuda activa también están agobiados y han pasado de tener una situación tranquila a afrontar contratiempos.

¿Han afectado a las asociaciones los casos que han saltado a la luz pública sobre posibles desviaciones de fondos en los que se han visto también inmersas algunas ONG ?

En nuestro caso tenemos que ahondar en ese repunte de la ayuda, en la sensibilidad que manifiesta la gente que cree en nuestra labor. Personas que nos reconocen que hasta ahora nunca habían colaborado, lo que para nosotros tiene un valor importante.

Dada la situación.¿Hay espacio para ilusionarse o motivarse con lo que pueda aportar este proceso electoral?

Nuestro mensaje siempre será una invitación a buscar el lado positivo. Una apuesta por preservar la esperanza de que las cosas pueden cambiar.