Ali Salem Tamek, el líder de la intifada saharaui detenido en seis ocasiones y protagonista de 29 huelgas de hambre, denunció ayer, en entrevista a este diario, el trato injustificado recibido por parte de las fuerzas policiales en el aeropuerto de El Altet, donde permaneció retenido por espacio de tres horas. "No me explico este interrogatorio de tres horas, ya que contaba con el pasaporte en regla y el preceptivo visado expedido por el consulado de España en Agadir", señaló el activista, que participa en la II Conferencia Internacional de Juristas sobre el Sáhara Occidental que se celebra este fin de semana en Altea.

Tamek, miembro del colectivo saharaui de derechos humanos y de Amnistía Internacional, expresó su sorpresa por estas prácticas coercitivas sufridas en el aeropuerto alicantino e interpretó las mismas como un intento de presionar a los activistas saharauis, en la línea de la "connivencia mostrada por el gobierno español en el caso de Aminatu Haidar".

La presencia de Tamek, considerado una figura de la resistencia saharaui tan relevante como la propia Aminatu Haidar, constituyó una de las novedades de última hora en el foro de juristas que bajo el título "El Sáhara occidental, legalidad internacional y derechos humanos" reúne a una treintena de ponentes, entre los que figuran abogados, activistas y expertos de diferentes países.

Tamek, quien obtuvo la libertad provisional hace apenas dos semanas, calificó de "nefasta" la resolución adoptada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el pasado miércoles por la que se reitera el derecho a la libre determinación del pueblo saharaui, pero se desestima una ampliación del mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) que incluya la supervisión del respeto de los derechos humanos.

El activista advirtió que la decisión de que la MINURSO siga siendo la única misión sin competencia en materia de derechos humanos "da alas al gobierno marroquí para seguir cometiendo fechorías, retrasa la solución al conflicto y provoca la desesperación de la población civil, que podría recurrir a acciones que en otra situación no se producirían".

También expresó su desazón ante la "doble vara de medir" que se está empleando en la caso del Sáhara frente a la intervención de la comunidad internacional en otros países árabes para garantizar la integridad de la población civil. "Resulta increíble que se legitime la intervención militar en otros países y no se habilite una misión de supervisión en el Sáhara", afirmó.

El activista denunció la presencia de cientos de presos de conciencia en cárceles y centros de detención marroquíes, así como la falta de voluntad política por parte de Rabat para poner fin a las violaciones de derechos humanos. Tamek elogió el papel que está desempeñando en el conflicto el movimiento de solidaridad español y defendió las protestas mediante huelgas de hambre como mecanismo pacífico de presión para lograr avances.