El casco antiguo de Alicante inició en la tarde de ayer una de sus celebraciones más tradicionales y a la vez más vistosas, con el arranque de las Cruces de Mayo. Esta vez son 11 las creaciones florales que adornarán el Barrio de Santa Cruz hasta el próximo martes, y que aportan una nota añadida de color a una de las zonas de la ciudad que más ha conseguido preservar el encanto de otros tiempos. Además, este año la fiesta está de enhorabuena, al recuperarse la figura de la Reina tras nueve años de ausencia.

El presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante, Miguel Campoy, encargado de ofrecer el pregón de fiestas, destacó los lazos existentes entre "la más antigua creación de los alicantinos, su Puerto", y Santa Cruz. Asimismo, incidió en que la fe "nunca debe ser motivo de lucha o controversia", ya que "todos, sean cuales sean nuestras creencias, necesitamos tener fe, empezando, por esas pequeñas cosas en las que reside nuestra fuerza". También alabó la entrega por mantener unas calles "donde se halla la esencia de lo alicantino". Tras el discurso, una comitiva recorrió las calles adornadas del barrio.