El número de personas mayores ha aumentado un 41% en la provincia de Alicante en los últimos diez años, según los datos que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE). Las cifras provisionales de población a 1 de enero de 2011 señalan que en los municipios alicantinos residen 353.712 personas con más de 65 años, frente a las 250.040 que había empadronadas diez años antes. En ese intervalo, el crecimiento demográfico total en la provincia ha sido del 29,6%, lo que indica que durante esta década se ha acelerado el envejecimiento de la población.

La explicación a esto hay que buscarla, por una parte, en la mejora de la calidad de vida, que hace posible que las personas alcancen una mayor longevidad; y por otra, el hecho de que la provincia de Alicante sea un territorio receptor de inmigrantes de edad avanzada, es decir, jubilados que se trasladan aquí para pasar sus últimos años. No obstante, también hay que tener en cuenta que la inmigración ha contribuido en muy elevada medida al efecto contrario: el ascenso de la natalidad y el consiguiente rejuvenecimiento de la población. Estos factores, junto con unas pautas de vida eminentemente urbanas, hacen que, pese a que los mayores cada vez tienen más peso sobre el conjunto de habitantes -en la actualidad son más del 18%-, Alicante está lejos de ser un territorio de población envejecida.

Los espacios rurales y las zonas poco pobladas, por sus características, tienden a contar con un elevado índice de población de edad avanzada. Un ejemplo: en la Comunidad Valenciana, los mayores de 85 años son un 2% del total de habitantes, mientras que en Castilla y León este índice es de casi el 4%. En este sentido, desde la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria (SVMFiC) aludían recientemente a cómo el estilo de vida rural -un trabajo cotidiano que conlleva ejercicio físico, una alimentación por lo general más sana y menores niveles de estrés que en espacios urbanos- contribuye a que los habitantes de esas áreas sean más longevos. Además, el control de las personas mayores sobre su propia salud es también cada vez mayor, unido a la eficiencia de la atención primaria en zonas rurales.

Por otra parte, los últimos datos del INE también corroboran que, aunque la longevidad femenina es por naturaleza mayor que la masculina, los cambios sociales tienden a igualar, de forma muy lenta pero paulatina, el número de mujeres y hombres de edad avanzada. En la actualidad, 24.895 alicantinas sobrepasan los 85 años, frente a 13.422 hombres. Pese a esta enorme diferencia entre sexos, el índice de feminidad de este segmento de la población se ha reducido en la última década de un 66,7 a un 65%. Al respecto, también desde la Sociedad de Medicina Familiar y Comunitaria indicaban hace poco tiempo a que la mujer tiende a asimilar pautas de vida poco saludables, antes asociadas de forma casi exclusiva a hombres, junto con unos niveles de estrés mucho mayores, que repercuten sobre la salud.

Pese a todo, eso no impide que la longevidad de la población siga aumentando, hasta el punto de que sobrepasar los 100 años de vida ya no es tan excepcional como hace no mucho tiempo. En 2001 había en toda España 8.766 personas centenarias, mientras que en la actualidad son 10.651. De ellas, 348 residen en la provincia de Alicante, que es, sin embargo, uno de los territorios con un menor índice de habitantes tan longevos. Así, hay sólo 18 centenarios por cada 100.000 habitantes, muy lejos de los 86, 67 y 61 que, respectivamente, se contabilizan en Soria, Salamanca y Lugo.

Sin más secretos que trabajo y buena dieta

María Solbes Villó, vecina de Alicante, es una de las 348 personas más longevas de la provincia. A sus 103 años, afirma con rotundidad estar "estupendamente", salvo la pérdida de algo de vista y oído propia de una edad tan avanzada. Asegura que su vitalidad "no tiene ningún secreto" más que el trabajo físico que tuvo que realizar desde muy joven, y el hecho de haber seguido una dieta equilibrada durante toda su vida. "Teníamos que comer de lo que había, pero con la ventaja de que era sano", señala. Su hija, María Teresa Vidal, con la que reside, apostilla: "Es fuerte y le ha hecho frente a todo". Asimismo, dice que su madre "no perdona ninguna comida", lo cual contribuye a mentener su salud. Varias mujeres más de la familia han superado los 90 años.A. T.