Los traspasos de negocios están copando la actividad comercial en Alicante en los últimos años como una salida a la crisis ya que la transmisión de actividad requiere de menos papeleo que una nueva licencia y la apertura es inmediata. Desempleados con algo de patrimonio tras haber percibido toda la prestación y empresarios que han sufrido una merma de rendimiento en su actividad se han decantado por la fórmula del traspaso evitando el cierre de más de un millar de establecimientos en los tres últimos años. Para la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Alicante, departamento que gestiona los cambios de titularidad, esta fórmula está en alza porque permite mantener la misma actividad comercial y con ello los locales ya tienen una clientela fiel. Para el Colectivo de Comerciantes es símbolo de la coyuntura.

Bares, cafeterías y tiendas de alimentación, moda o regalos son las que mayoritariamente se traspasan aunque el delegado de Urbanismo, Alfonso Mendoza, advirtió de que el número de locales disponibles en la ciudad comienza a escasear. Por el contrario, los negocios de nueva creación remontan de acuerdo a los datos de 2010, en cuy0 transcurso la Gerencia concedió cerca de 600 nuevas licencias de apertura en contraste con las 450 otorgadas el ejercicio anterior, que fue el de la inflexión respecto a los de bonanza económica, en los que se abrieron numerosas actividades. "Aparte del comercio minorista de diversas características, hay muchas solicitudes para abrir negocios de restauración de cualquier tipo, desde pubs a cafeterías. También son muy demandadas las peluquerías y centros de estética, y las franquicias. La gente no deja de intentar abrir nuevos negocios buscando una salida a la situación, es algo que va con el carácter emprendedor de los alicantinos y les apoyamos agilizando los trámites".

Durante los tres últimos años el Ayuntamiento ha concedido cerca de 2.700 nuevas licencias de apertura de negocios. La mayoría, 1.244, son de comunicación ambiental, trámite imprescindible para actividades inocuas como son las perfumerías, fruterías, despachos de pan, locutorios, academias, agencias de viajes, joyerías, tiendas de deportes, ortopedias y oficinas bancarias, entre otras. A ellas se suman casi 900 más de actividad calificada, es decir, que requieren de un mayor rigor en cuanto a las medidas de seguridad como carnicerías, concesionarios de vehículos, supermercados, bares, restaurantes y cafeterías, hoteles o talleres de reparación de automóviles. Además se dio licencia a otros 400 establecimientos más que requirieron de obra para su puesta en funcionamiento.

La destrucción de negocios se mantiene ahora a un ritmo de 300 cierres al año, es decir, que en Alicante se abren tantos locales nuevos como se clausuran. Pedro de Gea, presidente del Colectivo de Comerciantes, que agrupa a más de 3.500 establecimientos en la ciudad, alertó de un posible repunte en los cierres a lo largo de este año. "No se vislumbra una salida a la crisis a corto plazo y muchos comerciantes, que invierten su dinero y en año y medio tienen que cerrar, terminan tirando la toalla", dijo. Desde que se inició esta coyuntura negativa más de 1.600 comercios alicantinos han echado la persiana, aunque más de un millar cesaron su actividad en 2009, que fue el peor año, con una gran destrucción en Carolinas y La Florida por su proximidad a grandes centros comerciales. Según el informe anual de la distribución minorista en la Comunidad, en 2008/2009 cerraron más de 2.000 comercios en la provincia con una reducción de 424.000 metros cuadrados en la superficie de venta.