Rafael Bernabeu todavía tiene metido en la cabeza el sonido de las piedras golpeando el autobús en el que viajaban por la ciudad de Albaide, en Libia. La afición por la arqueología llevó al ginecólogo y director del Instituto Bernabeu de Alicante a contratar un viaje para recorrer junto a su mujer el país norteafricano, donde aterrizaron el pasado día 12. Unas vacaciones, que en principio terminaban ayer, pero que se vieron truncadas por las revueltas que está viviendo el país. Bernabeu logró salir de Trípoli, en un vuelo con destino a Italia el pasado viernes. El resto de sus compañeros, 15 personas, decidieron permanecer en el país y ayer aterrizaron en Barajas.

"Aquello era una guerra civil en toda regla. La gente se golpeaba con palos. Vimos a personas con la cabeza abierta y edificios ardiendo", señala Rafael Bernabeu, a quien le impactó especialmente la edad de los manifestantes. "Muchos eran prácticamente niños que no superaban los 12 ó 13 año".

Las primeras revueltas sorprendieron al grupo en la ciudad de Bengasi. "A las tres de la mañana comenzamos a oír muchos gritos en la calle y nuestro hotel, que era estatal, se llenó de gente que dormía con mantas en el hall. Al principio nos dijeron que eran hombres que habían venido a hacer negocios, pero realmente eran policías que habían venido a sofocar las revueltas". Y es que la información contradictoria fue, para Bernabeu, la tónica durante todos estos días. "Nos decían que eran protestan entre dos equipos de fútbol rivales".

En Albaide, el autobús en el que viajaban, y que también era propiedad del Gobierno, fue objeto de las iras de la multitud. "Entonces los guías nos querían hacer creer que el logotipo de la compañía turística era muy parecido al de un canal de televisión que a la gente no le gusta y que por eso nos tiraban piedras".

Una desinformación que se extendió a la embajada española, "donde en ningún momento conseguí que me atendieran por teléfono". Ante el recrudecimiento de la situación, "decidimos no salir del hotel y pedimos regresar a España lo antes posible". Desde Albaide "fuimos escoltados por la policía al aeropuerto para tomar un vuelo doméstico a Trípoli y desde allí viajamos a Italia, donde llegamos el pasado viernes". Las últimas imágenes que Bernabeu se lleva de Libia son las de un país "sumido en el caos, una auténtica batalla campal en la que te sentías como en una ratonera".

Críticas al embajador

Las críticas a la embajada de España en Libia se repitieron entre el resto de turistas alicantinos que ayer llegaron del país norteafricano. Según su relato, los representantes diplomáticos les recomendaron no salir del hotel, ni dirigirse ayer al aeropuerto, un consejo que desoyeron. "Si hubiésemos hecho caso de lo que nos dijeron, todavía seguiríamos allí sin saber hasta cuándo", aseguraron.

Una de las últimas turistas en abandonar Libia, Pepa, manifestó que "los follones se iban montando según abandonábamos los sitios", aunque ha reconocido que el domingo por la noche sí que pasaron miedo en Trípoli "porque la situación estaba muy enrarecida". En el vuelo procedente de Trípoli, de la compañía Lybian Airways, viajaban unas cien personas, la mayoría de ellas españolas.