Sin cuestionarse sus opciones de continuar al frente de la Generalitat y definiéndose a sí mismo como el candidato "más respaldado de la historia de las democracias occidentales". El jefe del Consell, Francisco Camps, mantuvo ayer la presión sobre la dirección nacional del Partido Popular optando, eso sí, por suavizar las formas mantenidas en la jornada anterior. Sustituyendo la vía de urgencia con la que afrontó su autoproclamación como aspirante por los agradecimientos, Francisco Camps afirmó sentirse "muy orgulloso, satisfecho y agradecido" con la cúpula nacional del PP por el apoyo que "constantemente" le han ofrecido.

La ambigüedad y la permanencia en el banquillo a la que se le está sometiendo desde Génova no frenaron al dirigente autonómico en sus elogios a Mariano Rajoy a quien calificó como un "amigo" y una persona "a la que durante estos años he sido leal y fiel colaborador". Toda una declaración de intenciones frente al mutismo con el que el máximo representante de los populares está afrontando la tormenta que rodea a Camps tras su implicación en el caso Gürtel.

Recogiendo el guante lanzado por el presidente del los populares valencianos en cuanto a los objetivos y las formas, el portavoz del grupo parlamentario popular en las Cortes Valencianas, Rafael Blasco, aseguró que la designación de Camps como candidato a la Presidencia por parte de la formación autonómica se realizó "de común acuerdo y en perfecta sintonía con la dirección nacional".

En su comparecencia ante los medios de comunicación, Blasco no pudo esquivar la losa de la causa de los trajes que rodea día sí y día también al dirigente autonómico. Una patata caliente que el portavoz popular solventó asegurando que frente a los ataques recibidos, el respaldo "social y electoral" con el que cuenta Camps tiene "mayor peso político y moral que cualquier iniciativa de carácter judicial que esté sin probar, por muy respetable que sea". Reabriendo así el fuego cruzado con la Justicia, Blasco sentenció que un político "tiene que guiarse por lo que quieren la inmensa mayoría de los ciudadanos, que es a los que se debe".

Entre críticas y respaldos

La cascada de reacciones retumbó tanto en la Comunidad como en el escenario nacional, dejando espacio para declaraciones como las del presidente del PP en la provincia de Alicante, Joaquín Ripoll, quien caminó en la senda de la indefinición al asegurar que el paso dado el lunes por Camps respondió a "lo que él consideró adecuado". Una decisión que escapa a sus competencias, por lo que "no tengo ninguna opinión ni me consultaron nada sobre este tema porque no lo tenían que hacer". Alicante sacó a la palestra voces de defensa más enérgicas como la de la alcaldesa de Orihuela, Mónica Lorente, quien se refirió a Camps como "el mejor candidato popular a presidir la Generalitat, pese a todas las elucubraciones y todas las historias". Una muestra de cierta unidad para mantener las apariencias en pleno proceso de confección de listas.

Por su parte, el vicesecretario de Política Territorial del PP, Javier Arenas, se movió ayer en esta misma línea para afirmar que su partido "no se ha planteado ningún escenario" en el que Francisco Camps no fuera el candidato" en las próximas elecciones. Una idea compartida tanto por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, como por el secretario general del PPCV, Antonio Clemente, quienes respaldaron el mensaje de que el partido a "nivel nacional apoya de una manera absolutamente cerrada al presidente Camps, a su gestión y al avance que ha logrado en la Comunidad"

Menos agradables fueron, por contra, las reacciones cosechadas desde otras formaciones, entre las que se movieron las palabras del portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, quien garantizó que su partido "sancionará durísimamente" a los militantes que estén involucradas en el caso de los expedientes de regulación de empleo en Andalucía. Un tema que sirvió para introducir a Camps en el diálogo ya que, según sentenció, este paso "contrasta con el apoyo del PP a Francisco Camps". Por su parte, la ministra de Sanidad, Leire Pajín, no dio tregua al presidente valenciano y afirmó que "a estas horas reina la contradicción". Para Ángel Luna la situación es más clara: "Compatibilizará banquillo y candidatura".