El mundo árabe está cambiando, sus ciudadanos están hartos y ya no hay retorno a los antiguos regímenes. Estas son las conclusiones que expusieron expertos procedentes de Túnez, Egipto y Argel en la Sede Universitaria ante medio centenar de personas. Jóvenes y adultos de diferentes nacionalidades escucharon los testimonios que pudieron vivir en primera persona Hany El-Eryan (profesor de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante y atrapado en su país los primeros cuatro días de la revuelta); Chakib Benafri (profesor de la Universidad de Argel) y Antonio Constán (doctorando de la Universidad de Alicante en Túnez), quien participó a través de video conferencia desde Túnez en la mesa redonda que impulsó y coordinó el catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante, Luis F. Bernabé.

El Ejército y el uso de las redes sociales a través de Internet fueron los dos pilares que para los especialistas posibilitaron las manifestaciones, la caída de Ben Alí en Túnez y la revolución que no cesa en Egipto. Si bien a lo largo del debate se subrayó la necesidad de diferenciar las situaciones particulares de cada país, admitieron la similitud de ciertos síntomas indiscutibles, como lo son la explosión demográfica de una población joven, que se organiza, utiliza las nuevas tecnologías e impulsa el cambio, la rabia y repulsa ante la corrupción sin límites de los dirigentes y, sobre todo, el alto nivel de pobreza y la falta de oportunidades para progresar.