La necesidad de atender en las mejores condiciones a los 130.000 británicos que residen en la provincia, la colonia más importante de España junto a la de Málaga, ha traído hasta Alicante a un joven cónsul, Paul Rodwell (Kent, 1971), con ganas de trabajar y con un perfil muy distinto del de aquellos veteranos diplomáticos de carrera que quemaban en la Costa Blanca los años previos al retiro. De entrada, Rodwell desembarca en el Consulado procedente del sector turístico que le ha llevado a residir en Francia, Estados Unidos, Chile, Thailandia, Marruecos, Portugal y España (Murcia). Un auténtico trotamundos con el móvil abierto las 24 horas y, pese a su juventud, experiencia en el trato humano. "He sido hotelero y me gusta trabajar con la gente, algo común en todo mi equipo". Los teléfonos del Consulado arden y gracias a las nuevas tecnologías sólo un 10% de los trámites se hacen ya con presencia física en las oficinas.

¿Quién es Paul Rodwell y cómo ha terminado en Alicante?

Mi historia es un poco diferente. Soy hotelero. Nací en Kent, en el sureste de Inglaterra. Estudié Turismo en Inglaterra y EEUU. Empecé como camarero y terminé de director de hotel después de haber pasado por todos los departamentos. Viví seis años en Murcia y como hotelero una de las experiencias más apasionantes la tuve en Chile, donde pasé seis años dirigiendo un complejo en la mitad de la nada, en el desierto de Atacama. El lugar más seco y árido del mundo, pero precioso. Pasé por Marruecos y allí vi un anuncio en el que el Gobierno británico buscaba cónsules. Pasé la entrevista y empecé esta nueva etapa en Portugal.

Un giro copernicano, del hotel al Consulado.

Cierto, pero llegó un momento en el que pensé que debía pegar un cambio e iniciar una nueva etapa. En cierta manera ambas actividades tienen mucha relación. Atender a la gente como toca. Llevo cinco meses en Alicante. Ahora mismo casi todos los cónsules que hay en España han pertenecido al sector turístico. Mi Gobierno busca gente con mucha energía y sobre todo que aporte cosas nuevas. Yo creo que a mi me cogieron porque me apasiona tratar bien a los clientes, que no se eternicen en las colas y llegue el momento de... hasta aquí hemos llegado, cerramos. Hay que sonreir. Muchas de las personas que vienen a consultarnos temas han sufrido y deben ser tratados con calor.

¿Qué importancia tiene el Consulado británico en Alicante?

Los grandes consulados son los de Alicante, Málaga y Barcelona. Málaga y Alicante intercambian la primera posición. Muchas veces depende del mes. El Consulado de Alicante cubre, además, los problemas de otras provincias como Murcia, Valencia, Castellón y Albacete.

¿Y todos vienen al Consulado?

No, mucha gestión se hace por internet, por teléfono, y cuento con tres cónsules honoríficos en Dénia, Valencia y en Murcia. Personas que son voluntarias. Ayudan mucho con el papeleo, visita a los hospitales.

¿Cuántos británicos forman la colonia en la Costa Blanca?

Ciento treinta mil.

¿La crisis ha hecho que se vuelvan muchos residentes?

No lo hemos notado. Es más, comparando los datos de 2010 con los de 2009, el número de residentes británicos en Alicante creció un 2%, en concreto 2.700 personas nuevas. Los datos confirman que la provincia sigue siendo un lugar de enorme atracción para los británicos. Se distribuyen por toda la provincia. Ha mejorado mucho el trato de la Administración, ahora apenas tenemos quejas por problemas urbanísticos.

¿Qué perfil es el del residente?

Hay un poco de todo. Aquí hay muchos británicos enterrados. Tenemos jubilados pero también familias trabajando. ¿Por qué vienen? Aquí se vive muy bien, cómodo, está el sol. Precisamente el día 24 vamos a hacer un evento en la costa de Orihuela para explicar qué funciones realizamos en el Consulado y lo vamos a hacer de noche porque mucha gente trabaja. Tienen sus pubs, tiendas, restaurantes, hoteles, touroperadores...

O sea, que el inglés residente no es sólo un pensionista

Y no podemos olvidar los 2,1 millones de turistas. Casi un 50% de los pasajeros de El Altet son británicos y hay otros que aterrizan en San Javier pero su destino es Torrevieja.

Los ingleses que viven en la Costa Blanca ¿se integran facilmente?

Por supuesto. Aparte de las 9 personas del Consulado contamos con dos personas de Sanidad y de Pensiones. Además, muchos residentes están organizados en grupos de voluntarios que trabajan y colaboran, pero no sólo atendiendo a los británicos, sino a todo el mundo. Contamos también con la colaboración de la Diputación, ayuntamientos y de la Subdelegación del Gobierno. Hay ingleses que dan clase a españoles y reciben a su vez clases de español.

¿Qué les atrae de la Costa Blanca?

Todo. El sol, la gastronomía, la cultura, la gente española es muy abierta, tolerante. Compartimos muchos valores. Los británicos se sienten en Alicante muy seguros y eso es fundamental. Las infraestructuras son muy buenas. Las mejoras que se están haciendo, la modernización del TRAM. El aeropuerto va a ser muy importante. Es increíble. Yo mismo tardo más en ir a Málaga que a mi país. El hecho de que Benidorm esté cerca del aeropuerto es clave y fundamental.

¿El nuevo aeropuerto atraerá a más ingleses?

Bueno. Habrá más capacidad, dobla su capacidad. Esto es muy importante para el sector turístico que busca vuelos.

¿Y la crisis económica? El año pasado "pincharon" los turistas británicos por la caída del valor de la libra.

La devaluación de la libra esterlina tuvo un efecto muy negativo para algunas personas, como los pensionistas. La moneda se devaluó en algunos casos hasta un 25%. Ahora, sin embargo, ha vuelto a subir y el cambio es más favorable. Yo veo el futuro positivo. Los datos están ahí. La estadística, el padrón, nos dice que los británicos no se vuelven. En las conversaciones que mantengo con la gente que pasa por el Consulado me encuentro con muchas personas que se vienen a vivir. Los números nos muestran que hay un incremento.

Los alicantinos se van a aprender inglés a Gran Bretaña ¿Y los jóvenes británicos?

Seguro, sin duda. En el mismo Consulado tengo varios compañeros que vinieron a Alicante a aprender castellano. Se enamoraron y aquí se han quedado.