El horno no está para bollos en el PP. Ni tampoco para demasiadas intrigas palaciegas. A pesar de que todas las encuestas soplan a favor de los populares lo cierto, sin embargo, es que la situación judicial de Francisco Camps y Joaquín Ripoll -el primero cada vez más cerca del banquillo por el caso Gürtel y el segundo imputado en la operación Brugal- y la incertidumbre sobre las candidaturas con todo a expensas de la decisión de Génova sobre el jefe del Consell, condicionan, en gran medida, la paz interna y el futuro de las principales instituciones bajo mando del PP. Desde hace semanas, los campistas alicantinos maniobran para tratar de relevar a Ripoll -una de las grandes piezas en su punto de mira- de la candidatura de Alicante y, por extensión, como aspirante a un tercer mandato en la Diputación, como el propio Ripoll ya ha manifestado. Desde Valencia les han dejado claro que, con el actual escenario, todo depende de Génova.

Los movimientos del campismo alicantino en los últimos meses tienen como principal objetivo relevar a Ripoll para, al tiempo, promover como aspirante a la sucesión a José Císcar, delegado del Consell y actual número tres en el organigrama del PP en la Comunidad. Así se lo han llegado a trasladar al representante de la Generalitat en Alicante destacados dirigentes del campismo alicantino. Pero Císcar, hombre con un marcado talante de consenso y empeñado en la pacificación del PP en Alicante, rechaza entrar en ese juego. Una lucha que le obligaría a retornar a la vida municipal. Y el delegado del Consell, apuntaron fuentes populares, ni está dispuesto a volver a la candidatura de Teulada -localidad de la que fue alcalde- en un puesto de relleno ni a figurar de "cunero" en otra lista. Normalmente, de hecho, en las filas populares, el candidato del PP a la presidencia de la Diputación suele ser el número dos en la ciudad de Alicante. Con todo, el futuro de Císcar, número tres de la estructura regional del PP y que ya fue diputado en las Cortes, no está en la Diputación. Apuntaría directamente a Valencia.

Más allá de eso, desde la dirección autonómica del PP han intentado sofocar las maniobras contra Ripoll. Sería difícilmente justificable, apuntan estas mismas fuentes, moverle la silla al presidente de la Diputación y, por contra, defender la continuidad de Francisco Camps. Así que, en esta tesitura, la cúpula regional del PP ha dejado claro que, en estos momentos y con todas las candidaturas por ratificar, la decisión sobre el futuro de Joaquín Ripoll está única y exclusivamente en el tejado de Mariano Rajoy. Entre dirigentes campistas, aunque no han arrojado la toalla, incluso, se ha extendido la opinión de que, finalmente, el también líder del PP en Alicante volverá a repetir como candidato a la institución provincial. El propio Ripoll confía, tras tender puentes con Génova, que tiene encarado su futuro en la Diputación. A pesar de Brugal. El aval definitivo, en todo caso, será de Génova. Igual que Camps.

Coqueteos con Miguel Peralta para que vaya en la lista a las Cortes

Aunque la confección de la candidatura a las Cortes no arrancará hasta finales de marzo, una vez que se convoquen las elecciones, lo cierto es que, como avanzó este periódico, los populares tienen tres o cuatro cuestiones a resolver en una lista en la que, en todo caso, primará la continuidad. Camps, como recuerdan algunos de sus principales colaboradores, suele premiar la fidelidad. Entre los huecos que restarán por cubrir parece evidente que uno de ellos lo ocupará el conseller Mario Flores, que actualmente no ocupa escaño en las Cortes; y otro será para el delegado del Consell, José Císcar. En las últimas semanas, sin embargo, también se han producido conversaciones en las que se ha sugerido la incorporación a la candidatura de Miguel Peralta, que también inició la pasada legislatura en las Cortes pero que, un año más tarde como también ocurrió con Esteban González Pons, cedió su escaño en el hemiciclo autonómico para marcharse al Congreso de los Diputados. La presencia de Peralta en la lista autonómica, algo que de momento el dirigente del PP alcoyano descarta, sería, más allá de un gesto de pacificación en las filas de los populares en Alicante, un intento, obviamente, de sacudir los cimientos del ripollismo. P. r. f.