La Universidad de Alicante, mediante un escrito de alegaciones, expresa su rechazo a la ampliación del vertedero de basuras de Fontcalent, tanto por el impacto que produce como por considerar innecesaria tal ampliación.

El escrito de la Universidad, suscrito por el rector, Ignacio Jiménez Raneda, y por el vicerrector de Infraestructuras, Espacios y Medio Ambiente, Vicente Montiel, se apoya en cinco argumentos para expresar su oposición a la ampliación del vertedero. Tal como señaló ayer este periódico, el proyecto para ampliar la planta de tratamiento de residuos de Fontcalent consiste en añadir a las cuatro zonas actuales una quinta, llamada celda, que permitirá agrandar la capacidad del vertedero en casi dos millones de toneladas de basuras más. El proyecto lo tramita Inusa con el respaldo del Ayuntamiento de Alicante.

El primer argumento del rector para oponerse a la ampliación es el de la proximidad a la Universidad. Así, se indica que el recinto universitario recibe a diario 21.000 usuarios, a los que se añadirán los previstos con la creación del parque científico y la ampliación de la Universidad. Estas instalaciones universitarias se encuentran a menos de siete kilómetros del vertedero "por lo que parece difícil admitir la afirmación contenida en la documentación (del proyecto) de que hay ausencia de viviendas en las proximidades, cuando en la documentación no consta qué se entiende por proximidades y sobre todo no se cuantifica hasta dónde se prevé que se sufran los impactos ambientales derivados de la actividad", recalca el escrito.

Un segundo argumento se refiere a que el estudio técnico para ampliar el vertedero "no cuantifica ninguno de los impactos parciales y en particular el causado a la atmósfera por los malos olores". A este respecto, la alegación universitaria denuncia que desde el cierre de la cementera de San Vicente "se han venido registrando episodios de olor que provocan la incomodidad de sus empleados", y que proceden de la dirección de la planta. Este impacto de malos olores afectarían posiblemente también, según el escrito, de forma ocasional, a San Vicente y a algunos barrios de Alicante, "por lo que, de no tomarse medidas correctoras, el impacto sólo puede crecer".

Además de estos impactos, la Universidad afirma, en su alegación que la ampliación del vertedero "no es crucial", al advertir que con el espacio existente actualmente "se estima que se dispone de un lapso superior a seis años para reconducir la gestión de la planta". Para la Universidad, esta ampliación "sólo puede ser un atractivo para que se reitere la situación actual, de entrada de basuras de otros planes zonales".

Por todo ello, la alegación concluye rechazando la ampliación y pide un estudio de la estimación cuantitativa de emisiones, así como medidas destinadas a disminuir los impactos actuales y futuros y eliminar los malos olores.

Inusa afirma que los informes con reparos a la planta "son normales"

La responsable de comunicación de Inusa, Isabel Lujan , manifestó ayer que los informes con reparos a la ampliación de la planta de basuras son "normales" y que forman parte del proceso de tramitación de la misma. Se refería así al documento del Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Confederación Hidrográfica del Júcar, en el que se emite informe desfavorable a esta ampliación al objetarle numerosos reparos. Isabel Luján señaló que Inusa ha presentado al Júcar una serie de documentos para subsanar las deficiencias, cosa de la que ya informó ayer este periódico, y añadió que confía en que el Júcar "los admita". También dijo que los vertidos del vertedero al barranco son de aguas pluviales, pese a que el Júcar advierte que son aguas contaminadas. Por su parte, el concejal de Atención Urbana, Andrés Llorens, calificó el informe del Júcar de "falsa alarma" explicando que la ampliación de la planta precisa de "dos o tres años de tramitación" para solucionar todos los problemas.