¿Qué es lo primero que se aconseja a una persona que decide recurrir a una madre de alquiler?

Lo primero que hacemos es describirle exhaustivamente, en una reunión de 5 horas, todo el proceso al que se va a enfrentar. Deben saber que en EE UU existen muchísimas agencias dedicadas a este tema y decidirse por una. Pero también es importante que conozcan a fondo la sociedad americana, porque van a tener un contacto intenso con este país durante más de nueve meses.

Las diferencias culturales, ¿suponen un freno en el proceso?

No, la sociedad americana y la española son muy similares y es muy fácil entenderse. Las dos dan una importancia vital a la familia y el idioma también facilita las cosas porque el castellano está muy extendido en EE UU e, incluso, todos los formularios están traducidos.

En España esta práctica está prohibida, pero en internet abundan los anuncios buscando madres de alquiler y los de chicas que se ofrecen para ello. ¿En qué acaban estas situaciones?

En ningún sitio. La práctica de la gestación por sustitución en España es un delito y en caso de llevarse a cabo es prácticamente imposible regularizar a ese niño.

¿Cuál es el perfil de la mujer que se presta a ser vientre de alquiler? ¿Lo hacen por dinero?

No, cuando se detecta que la mujer busca sólo el beneficio económico se la descarta. Son chicas a las que les mueve el instinto maternal. Destacan los casos de mujeres que han tenido hijos muy jóvenes y sus maridos trabajan en el Ejército. Algunas optan a ser vientre de alquiler para llenar el vacío de tiempo mientras su pareja está en una misión en el extranjero.