La puesta de largo del nuevo AVE aparcó ayer por unas horas las diferencias y la crisis, al menos del discurso político, centrado en esta ocasión en un mensaje optimista y en la mutua felicitación por este nuevo trazado que acorta las distancias entre Valencia y la capital del país. En una jornada marcada por el frío y la amenaza de lluvia, cerca de un millar de políticos de todo signo, empresarios y representantes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado aguardaron durante más de una hora en el vestíbulo de la estación la llegada del nuevo AVE. Esta espera dio pie a numerosas conversaciones y encuentros entre un nutrido grupo de dirigentes que, por unas horas, dejaron a un lado sus diferencias políticas y se felicitaron por la inauguración de esta nueva conexión.

Los miembros del ejecutivo popular valenciano charlaron de forma distendida con los representantes del Ejecutivo socialista, e incluso los presidentes autonómicos de ambas regiones, Francisco Camps y Esperanza Aguirre, expresaron públicamente su agradecimiento al Gobierno y al ministro de Fomento, José Blanco. La ministra de Sanidad, Leire Pajín, también participó en la comitiva inagural, así como el presidente del PP, Mariano Rajoy.

Tampoco faltaron los alcaldes de Valencia y Madrid, Rita Barberá y Alberto Ruiz-Gallardón, a quienes se pudo ver de manera muy amigable con José Blanco. Y en Valencia, pudieron verse algunas escenas curiosas en clave autonómica, como la pequeña charla entre el todavía delegado del Gobierno en la Comunidad, Ricardo Peralta, y quien presumiblemente le sucederá, la concejal socialista en Valencia Ana Botella.

Tras ellos, varios operarios sacaban brillo, trapo en mano, a las locomotoras estacionadas en los andenes mientras otros terminaban de colocar centenares de sillas blancas, a juego con el escenario, que instantes después ocuparían las autoridades en sus discursos. Prácticamente todo el entorno de la estación se encuentra ya listo para la puesta en marcha definitiva, que se producirá hoy, aunque las cafeterías, tiendas y demás comercios únicamente encendieron las luces de sus escaparates ayer a modo de decorado, puesto que nadie las atendía.

La anécdota de la jornada la protagonizó un convoy, también del AVE, en el que viajaban centenares de trabajadores que han intervenido en la construcción de la línea y que entró a la estación de Valencia instantes antes que el de las autoridades y que despertó la atención de los asistentes. No tardaría en aparecer el tren que sí se esperaba, tres minutos incluso antes de lo que estaba previsto.

Los discursos inaugurales fueron emitidos a través de varias pantallas distribuidas prácticamente en cada esquina de la estación. Buena parte de los 90 medios acreditados conectaron en directo para informar.