Hubo casi pleno de asistentes a la recepción del Cuerpo Consular de Alicante, integrado por más de 20 países, que se ha celebrado en el hotel Amérigo. El acto contó con el respaldo de las principales instituciones de Alicante. Arroparon la cita desde la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo; al subdelegado del Gobierno en funciones, José Pérez Grau; la diputada responsable de la Unidad de Residentes Europeos, Mª Asunción Prieto; el delgado del Consell en la persona de Cayetano Úbeda; el subdelegado del Ministerio de Defensa en Alicante, Carlos Dupuy Elvira o el comandante naval, Bruno J. Fernández. Tampoco faltó el mundo universitario, con sus dos máximas autoridades al frente: el rector de la UA, Ignacio Jiménez Raneda, y el de la UMH, Jesús Rodríguez Marín, además de la Casa del Mediterráneo, a través de Elia Querol, así como el comisario jefe provincial de la Policía Nacional, Enrique Durán, y el coronel de la Guardia Civil, Antonio Bernabé Castro, que acudió con su esposa Mercedes. Además de los alcaldes de Altea y Villajoyosa, Andrés Ripoll y Jaime Lloret, respectivamente, o el director de relaciones externas de la Conselleria de Justicia, José Luis Villanueva, entre otros.

El motivo de la recepción -tras una reunión de este tipo siempre hay un motivo solemne- fue la conmemoración del Convenio de Viena sobre Relaciones Consulares. Para nosotros, ciudadanos de a pie, este tratado internacional, firmado en 1963, regula las relaciones consulares a través de más de 60 artículos. ¡Por supuesto! Hice los deberes antes de asistir al evento, aunque la verdad es que me enganché a la Wikipedia. Y me sirvió. El convenio regula tanto las relaciones bilaterales como al personal dependiente de los consulados y a sus titulares, bien se trate de un "cónsul de carrera", el designado por su país por lo que tiene condición de funcionario, o el "honorario", que apoya a su país pero debe buscarse sus "lentejas". Todos ellos, tienen un único objetivo final "trazar puentes", como vino a destacar la decana del Cuerpo Consular y cónsul honoraria de Brasil, María Adelaida de Almeida Nacimiento. Estrechar lazos y tender puentes entre países y, más importante, entre los residentes europeos llegados de otros lugares y los que aquí residen. Todo un canto a la "integración".

El encuentro anual del cuerpo consular no desmereció a pesar de las restricciones que afectan a todos. Y es que muchos cónsules echaron de menos las celebraciones de años anteriores con la "cena de gala", una ocasión perfecta para estrechar lazos entre ellos y hablar de problemas que les son comunes y que, además, requería de la etiqueta pertinente -esmoquin para los caballeros y vestido largo para las señoras-. A la recepción de tarde, celebrada el miércoles pasado en los salones del Amérigo bajo la atenta mirada de Mª José San Román, acudieron casi todos.

Vimos departir animadamente al cónsul de Reino Unido, Paul Rodwell; a la Luxemburgo, Mª del Carmen Ayela; al de Suecia, Enrique Lorca, junto a su esposa Ángeles Cayuelas; a la de República Dominicana, Eddy Peña Ramírez; al de Finlandia, Ildefonso Sánchez; al de Marruecos, Vicente Farach; al de Dinamarca, Alejandro Olsen; al de Irlanda; Patrik Byrne, así como al de Francia, Geroges Sánchez, y también al de Grecia, Manuel Serrano; al de Noruega, Eva Rygh, y al de la República Checa, Luis Ubach, entre otros.

También vimos en esta velada a la teniente de alcalde del Ayuntamiento de Alicante, Asunción Sánchez Zaplana; a la vicerrectora de la UMH, María Teresa Pérez-Vázquez; al anterior decano del cuerpo consular, Ignacio Campos Belda, y al ex alcalde de Alicante y ex cónsul, Fernando Flores, así como a representantes de la Cruz Roja. En estos tiempos revueltos, me quedo con el triple brindis final: "Por el tratado de Viena", "por España" y "por la paz", que pronunció la decana del cuerpo consular.