Carmen Pérez Molpeceres y Miriam Jareño son las arquitectas del Patronato de la Vivienda que, junto con Consuelo Argüelles, diseñaron el edificio intergeneracional de Plaza de América y ahora trabajan en los proyectos del barrio de Benalúa y la zona del Mercado. Para ellas, la distinción de la patronal de promotores supone "una gran satisfacción".

Molpeceres explica que cuando el gerente del Patronato de la Vivienda, Gaspar Mayor, les propuso desarrollar el edificio "en lo primero que pensé era en diseñarlo como una ciudad reducida, para que funcionara como un pequeño pueblo, y lo hemos conseguido". Al respecto, señala que "se planteó como si los pasillos fueran las calles de una ciudad y con espacios comunitarios para los talleres en cada una de las plantas para favorecer las relaciones" entre los habitantes.

Ahora, trabajan en otros dos proyectos similares, si bien "en del barrio de Benalúa es el que está más avanzado", afirma Jareño. La filosofía será similar, pero no el espacio pues "el solar es más pequeño, pero se pueden construir muchas plantas". La arquitecta indica que "serán unas 80 viviendas, además del centro social y de día y aparcamientos" y del centro de salud previsto en la zona. "Buscamos la luz natural y una buena orientación".

La premisa con la que parten es que "debe ser una arquitectura social, pero también funcional y con un impacto visual". Lo importante es "pensar en quién lo va a usar", dice Jareño, quien sostiene que en muchos casos se trata de personas mayores con movilidad reducida".

Mopeceres apunta que a la hora de diseñar este tipo de edificios "es muy importante" la inclusión de las zonas comunes de forma que los habitantes "terminen relacionándose".

Sobre la arquitectura de la ciudad, esta profesional considera que "en general, es una arquitectura de fachada". De esta forma, explica que "se da prioridad a construir hitos arquitectónicos" frente a arquitecturas sociales del tipo de Plaza de América.