El presidente de la Asociación de Inspectores de Educación propone rescatar la enseñanza de los penosos índices en los que está inmersa dando la palabra a los ciudadanos para que griten 'basta ya' y exijan a la administración una agenda con el camino y objetivos a lograr. Vicente Díaz señaló en el Club INFORMACIÓN que hoy por hoy no hay expectativas y cunde la "desesperación absoluta".

Con la crisis muchas miradas se dirigen hacia la educación, ¿es realmente una tabla de salvación?

Es recurrente. En los años 80, con la segunda crisis del petróleo, las miradas se concentraron en la Formación Profesional. Ahora, de repente, al quebrar la burbuja y la falsa prosperidad de los últimos años, se hacen más visibles los problemas educativos que estaban muy tapados por un modelo productivo basado en los servicios, la construcción y el turismo.

Pero los índices que arrastramos y que nos sitúan a la cola en resultados escolares están ahí desde hace muchos años.

Eran menos visibles desde el momento en que sin título los jóvenes se colocaban de escayolistas o reponedores en grandes superficies. Ahora la capacidad del mercado de absorber mano de obra con escasa cualificación ha quebrado y se vuelve la mirada hacia la educación para cambiarla.

¿Ve posible algún cambio?

Sin un capital humano preparado para cambiar hacia un modelo moderno, creativo e innovador va a ser muy difícil.

No parece muy optimista.

No oculto la realidad. En la situación que tenemos hay que apretar los dientes porque invertir en educación, que se hace, es caro, pero no hacerlo sale carísimo, el fracaso es impagable y sólo describo la situación como Woody Allen porque estamos en la desesperación absoluta.

¿Y no se ha vuelto a las aulas en masa precisamente para cambiar eso?

El problema es que sin una sólida formación inicial no se dispone de capacidades para cambiar a nivel laboral. Hay que poner en el lugar preferente de la acción política valenciana el rescate de la educación y posibilitar que los jóvenes sean menos vulnerables ante el embate de los mercados y más empleables. Pero no estamos ni en lo uno ni en lo otro. Clemenceau decía de la guerra: "Es un asunto demasiado importante como para dejarla en manos de los generales", y yo apunto que la educación es muy importante c0mo para dejarla en manos de los políticos y los burócratas.

¿Qué es lo que propone?

Que las instituciones ciudadanas y los colectivos sociales digan que hasta aquí hemos llegado y que no podemos seguir así. Una movilización que exija a la administración una agenda con el camino y objetivos para rescatar a la educación y que contribuya a su modernización, porque sin una buena formación no hay expectativas para salir de la crisis.