La reivindicación de los vecinos del Casco Antiguo de blindar el barrio al tráfico podrá cumplirse a partir de enero. Y es que el Ayuntamiento de Alicante ya ha adjudicado la instalación de cámaras en los accesos para reconocer la matrícula de los coches y restringir el paso de vehículos. Las obras tienen un coste de 122.218 euros y deberá ejecutarse "en un plazo máximo de 45 días" una vez formalizado el contrato. De esta forma, el sistema podría estar operativo a principios de año. Los vecinos se muestran satisfechos, pero consideran necesaria una reunión con el concejal de Tráfico y Transportes, Juan Seva, para que les concrete a quién se permitirá acceder además de a los residentes, en qué calles se ubicarán las cámaras y dónde podrán aparcar los vecinos.

La adjudicación a la empresa Electronic Trafic se produjo hace unos días y, según el convenio que la Junta de Gobierno Local aprobó el pasado julio, una parte del contrato (57.340 euros) será financiado por la Agencia Valenciana de la Energía (AVEN).

El decreto de adjudicación no ofrece detalles sobre cómo se llevará a cabo la instalación, pero como ya indicó este verano el edil Juan Seva consiste en un sistema de reconocimiento de matrículas que permitirá identificar el paso de los vehículos autorizados y registrar a los que acceden a la zona sin permiso. El objetivo es que sólo puedan pasar a la zona vehículos de residentes, de carga y descarga o de los servicios municipales.

No obstante, aunque ven con satisfacción la medida consideran que existen muchas lagunas. "Lo único que nos han dicho es que habrá cuatro lectores, pero ni siquiera sabemos en qué puntos", señala el secretario de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, Pedro Fuente, quien indica que están a la espera de reunirse con el concejal para que les amplíe la información. Ahora mismo, las principales vías de acceso a las callejuelas del barrio son las calles Lonja de Caballeros y Miguel Soler, si bien los coches entran por otras vías como las calles San José y San Isidro o Primo de Rivera pese a estar prohibido, tal y como indica este vecino.

"Lo que más nos preocupa es quién tendrá permiso para entrar", sostiene la presidenta de la asociación, María Dolores Peretó. Al respecto explica que en el barrio "hay muchas personas de edad avanzada que precisan que sus familiares entren para que les lleven al médico, les acompañen o les ayuden con la compra" y se pregunta "qué pasará con esos vehículos que no están censados". Los vecinos quieren que se cuente con ellos para arbitrar "quién entrará y quién no" y consideran que además de los residentes, el paso debería permitirse a los distribuidores de los comercios y a los servicios de emergencias. Otra de las preocupaciones de los vecinos radica en la falta de garajes para dejar sus coches pues el parking del Portón aún no se ha terminado. Estas son algunas de las cuestiones que desde la asociación de vecinos prevén plantear en la reunión que mantengan con el concejal.

Una reivindicación desde el año 1998

Coches mal aparcados que obstruyen los viales, conductores que circulan en todas las direcciones y otros que se pierden por los callejones sin encontrar la salida. Este es el caos de tráfico que se vive a diario en las calles del Casco Antiguo y que los vecinos llevan denunciando desde 1998, cuando comenzaron a reivindicar la peatonalización del barrio. En la pasada primavera, el edil de Tráfico alcanzó un acuerdo con los vecinos para instalar un sistema de control de matrículas similar al radar que controla la velocidad en las carreteras para imponer sanciones a los no residentes. No obstante, no era la primera vez que se les anunciaba una iniciativa parecida a los vecinos. No obstante, en esta ocasión ya ha sido adjudicado a una empresa.