Una docena de agentes se desplegó anoche por el Casco Antiguo para disuadir a los jóvenes de practicar el botellón en las calles del barrio. La medida se tomó ante las quejas que los vecinos trasladaron al edil de Seguridad, Juan Seva, horas antes en una asamblea vecinal.

Los residentes sostienen que la práctica del botellón en sus calles les genera muchas molestias de ruido y suciedad, por lo que lograron arrancar el compromiso al concejal de que esa misma noche una docena de agentes de la Policía Local se desplegaría por los accesos al barrio y por el interior para disuadir a los jóvenes, como explica la presidenta de la asociación de vecinos, María Dolores Peretó.

"Es la única vía posible", aseguró la dirigente vecinal, quien explica que "los agentes estarán desde las 11 de la noche hasta las cinco de la mañana durante los jueves, viernes y sábados".

El malestar de los vecinos se arrastra desde que terminó el verano, pues los jóvenes se han desplazado desde la zona del golf a la del Casco Antiguo. Todos los fines de semana los callejones del barrio se llenan de suciedad y ruido haciendo imposible conciliar el sueño. Peretó afirma que incluso se han producido enfrentamientos con los vecinos que han recriminado a algunos grupos.

La dirigente vecinal considera que las medidas tomadas hasta ahora por la Policía Local "no han sido efectivas" porque cuando los agentes llegan al barrio los jóvenes ya se encuentran practicando botellón y "se convierte en el juego del gato y el ratón". Por ello, han visto con satisfacción la decisión de controlar los accesos al barrio y las calles con el fin de disuadir a los jóvenes de beber en las calles del barrio.