El Ayuntamiento de Alicante acordó ayer establecer vigilancia policial para garantizar la seguridad del transporte urbano a su paso por la Zona Norte después de que alrededor de las 20 horas del martes un disparo de perdigón impactara contra una de las lunas laterales de un autobús de la línea 6 a su paso por la calle Vicente Martínez Morella, en el barrio de Juan XXIII. El disparo, que al parecer se produjo desde la ventana de un edificio próximo, sólo provocó daños materiales y no causó heridos dado que en ese momento el pasaje era escaso pero el suceso ha obligado a la Concejalía de Seguridad a destinar dos patrullas más de Policía Local a la zona que se sumarán al servicio habitual en estos barrios a partir del anochecer para intentar disuadir de nuevos ataques contra la flota del transporte urbano.

El autobús que recibió el disparo tuvo que volver a la base y fue sustituido por otro 45 minutos después, según la empresa municipal de transportes, Masatusa. Desde la reanudación del servicio, en torno a las 20.45 horas, hasta que finalizó, sobre las once de la noche, los vehículos tanto de la línea 6 como de la 11, que discurre por la misma zona, fueron escoltados por la Policía Local hasta que volvieron a las cocheras, una protección que los autobuses de esta ruta querrían tener más a menudo ya que, como explicó ayer un conductor de la línea 6, "nos dispararon con balines pero no es la primera vez que nos atacan".

Masatusa, que denunció la agresión ante la Policía Nacional, demandó ayer más vigilancia para evitar este tipo de actos vandálicos y mejorar la seguridad de los usuarios aunque señaló que ni siquiera los esfuerzos que vienen realizando los agentes de la Policía Local a requerimiento de la empresa logran evitar que de forma cíclica se registren episodios similares al paso de los autobuses por la Zona Norte, sobre todo en el segundo sector de Juan XXIII y en Virgen del Remedio y, puntualmente, en Divina Pastora. El autobús que recibió el disparo es el quinto objeto de actos vandálicos en lo que va de noviembre después de las pedradas lanzadas contra autobuses de la línea 3 en distintos días, que en todos los casos rompieron las lunas de los vehículos.

El concejal de Seguridad, Juan Seva, reconoció que es muy difícil controlar estos episodios porque "lanzan las piedras desde sitios escondidos. A veces también pasa con los trenes". Además del refuerzo de patrullas y dado que es un problema de seguridad ciudadana, el jefe de la Policía Local expuso la situación al comisario de la Policía Nacional para coordinarse con las medidas preventivas. Seva también llamó a la colaboración ciudadana para luchar contra estos ataques. En este sentido, el presidente de la asociación de vecinos de Juan XXIII, Manuel Medina, habló con ambos cuerpos policiales para denunciar los problemas de orden público aunque criticó que se cortara el servicio. "En la Playa de San Juan también tiran piedras contra los autobuses y no los quitan".