¿Es la ciencia un mundo de hombres?

La ciencia es femenina, por ello titulé la conferencia "Ciencia con nombre de mujer". Sin embargo se desarrolla en un mundo de hombres incluso hoy. Existe una desigualdad un poco heredada desde que en el siglo XVI existiera un debate fortísimo sobre si a la mujer había que educarla o no. Los humanistas sí querían porque ellas llevarían la educación a los hogares frente a la ignorancia pero la curia decía que aumentaría su malicia de por sí natural. De hecho, ha habido mujeres a lo largo de la historia de la ciencia que han protagonizado grandes descubrimientos a la sombra de un hombre, de un padre o de un marido.

Describa algún caso

María Wilckelmann fue una gran astrónoma alemana que vivió a principios del siglo XVIII, que trabajó primero con su padre y luego con su marido. Descubrió un cometa (en 1702) pero la sociedad científica de la época no lo admitió y se lo atribuyó directamente a su marido, y eso que aquella fue una época de cierto cambio. Cuando falleció el marido, que era mucho mayor que ella, pidió su plaza en la academia de la ciencia de Berlín y pese a sus méritos se la dieron a su hijo, y siguió trabajando a su sombra.

Ha entrevistado a la científica española Margarita Salas. ¿Cuál ha sido su experiencia?

Ella es una gran luchadora por la igualdad en España en el mundo de la ciencia aunque si pudo trabajar fue porque su marido le dijo "tú y yo separamos laboratorios". Hasta entonces era la mujer de Eladio y estaba perdiendo su propia identidad.

El cerebro masculino, ¿procesa mejor todo lo científico?

Existen diferencias relevantes entre los cerebros de hombres y mujeres, no lo digo yo, lo dicen los neurobiólogos. En la conferencia utilicé dos radiografías de cerebros, uno masculino y otro femenino, para contar las diferencias entre uno y otro, que morfológicamente están ahí y que suponen distintos comportamientos. Pero ¿eso se tiene que traducir necesariamente en una diferente inteligencia? No lo creo. Hasta las ocho semanas el cerebro del embrión es femenino y las diferencias empiezan cuando en los niños aparecen los testículos y empiezan a segregar la hormona masculina, la testosterona. Ahí nace el cerebro masculino. Pero todos empezamos siendo femeninos y eso es muy bonito. Las hormonas y la genética forman distintos cerebros pero quienes terminan de esculpirlos son la sociedad, la familia, la educación y el entorno. Quizá hay diferencias en determinadas edades.

¿En qué sentido?

Hasta los nueve años niños y niñas tienen cerebros muy similares. A partir de esa edad la diferencia es mucho mayor sobre todo por la testosterona masculina. Más adelante se iguala el comportamiento gracias a la oxitocina, que es la hormona de la maternidad y por tanto muy femenina, y los hombres se vuelven mucho más dulces, eso sucede a partir de los 50 años. Por el contrario las mujeres al entrar en la menopausia se masculinizan, por lo que se vuelven a igualar. Pese a todo insisto en que es una cuestión más social, aunque ellos tienen cualidades cerebrales como la espacialidad que ellas no tienen, porque al llegar a la pubertad se vuelven menos analíticas y matemáticas. Sin embargo lo compensan desarrollando otras herramientas y llegan al mismo punto por distintos caminos. Las mujeres son mejores con el lenguaje y las relaciones sociales. Dicen que a ellas se les da peor el ajedrez, sin embargo grandes campeonas han destacado fomentando otras áreas del cerebro, como las personas bilingües. Todos somos capaces de todo. Con educación, el molde es el mismo y también las posibilidades.

Creo que conoce un ejemplo curioso en este sentido...

Un neurobiólogo que se llama Ben Barres cambió de sexo a los 41 años. Antes fue Bárbara, por lo que vivió la ciencia como mujer y como hombre, y escribió un artículo en la revista Nature contando su experiencia. Contó que daba un seminario siendo Bárbara por el que siempre le criticaban, sin embargo cuando lo volvió a impartir ya como Ben todos comentaban, qué maravilla, qué seminario, y un colega científico llegó a decir que Ben era mucho más brillante que su hermana Bárbara. Y era el mismo cerebro.

¿Y eso no es machismo?

Ben cree que una mujer científica tiene que hacer dos veces y media los mismos méritos que un hombre para obtener el mismo reconocimiento. Pero sigo pensando que la culpa es del entorno social y que a la mujer aún le cuesta mucho llegar arriba en todos los ámbitos. La generación de mis hijas es muy peleona y la mía está a caballo entre la de ellas y la de mi madre, que era ama de casa. Ha sido un cambio grande y el hombre aún no ha sido educado así. Mi padre fue un gran feminista que luchó por la igualdad de sus hijas respecto a sus hijos varones, sin embargo al llegar a casa decía que las niñas ayudáramos a mamá. Y esa educación le llegaba a ellos.

¿Cómo están ahora las aulas?

Están entrando muchas mujeres en el campo de la química, la biología y la farmacia, aunque ésta última se consideraba una carrera femenina en España antes de que la mujer fuera a la Universidad (1910). En las ingenierías sigue habiendo pocas. Cuando las encuentras son brillantísimas y fantásticas pero les cuesta más que a ellos llegar a donde están.