Los institutos de Secundaria se han visto obligados a recortar todo lo posible en los gastos más básicos para su funcionamiento, como el agua o la luz, a consecuencia de la acumulación de retrasos por parte del Consell en girarles el dinero correspondiente.

Esta misma semana, concretamente el martes a última hora, los centros recibieron los fondos correspondientes al último trimestre del curso pasado, por lo que todavía no han recibido ni un euro para los gastos de este curso.

"No podemos ni comprar ni pagar. En cuanto ha entrado el dinero del curso pasado la compañía de la luz se queda una buena parte por los gastos atrasados. Desde el día 12 de mayo no había llegado ni un euro y no podíamos abordar los gastos de gestión del centro", señala uno de los directores afectados.

En el Instituto 8 de Marzo los alumnos se han sublevado ante esta situación y a través del presidente de la asociación, Javier González, han remitido una circular a los padres para implicarles también en sus demandas. "El agua y la luz se han cortado parcialmente para ahorrar, pero somos 400 alumnos para sólo cuatro aseos, de más de diez que hay en el centro", lamenta Javier.

Las fuentes del patio, hasta cinco, también se han reducido a una en funcionamiento, aunque los responsables del centro aseguran que todo es fruto de las nuevas instalaciones, que implican un gasto muy superior al que se generaba en los sótanos del Conservatorio, donde se encontraban hasta el curso pasado, además de que sospechan que hay una fuga de agua porque la factura se ha disparado de los 200 a los 2.200 euros el último mes.

A medio gas

Fugas o no de agua, el centro va a medio gas en opinión de los alumnos, que también se quejan de que les pusieron "la miel en los labios y nos la han quitado", al prometerles taquillas que antes no tenían -para evitar el peso de los libros-, pero que no hacen su función porque se abren fácilmente. "Otro tipo de cerradura costaba mucho más dinero pero así es como si no las tuviéramos", añade el portavoz de los alumnos.

Admiten los estudiantes que antes tenían las paredes desconchadas y goteras en el techo "pero ahora nos falta agua y luz porque no hay dinero". Miembros de la dirección descartan que la situación se deba al retraso en los pagos y que más bien responde al sentido común de tratar de ahorrar lo más posible por la amplitud de las nuevas instalaciones.

Según el tamaño de los institutos, por cada cuatrimestre le corresponde a cada uno entre 15.000 y 50.000 euros que tiene que abonar la Conselleria de Educación. Ahora acaban de recibir el último trimestre del curso anterior y sospechan, a raiz de este significativo retraso, que hasta diciembre no llegue el dinero de los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre. "No nos queda otra que ir al día, ni de lejos plantear algún tipo de programa desde los departamentos, y el papel de fotocopias tampoco podemos pagarlo, tenemos a los proveedores en la puerta", señalaban de otro de los institutos. El máximo temor que apuntan es al frío del invierno por los gastos de calefacción.

Una deuda media de 9.000 euros

La mayoría de los 137 institutos de Secundaria de la provincia tienen un tamaño medio, con alrededor de 500 alumnos, y son los que peor llevan el retraso del Consell en remitir el dinero necesario para el funcionamiento de los centros "porque tengas 200 o mil alumnos los gastos son muy similares desde el momento en que abres las puertas del centro, pero entra menos dinero con menos alumnos también", según explican varios directores consultados. Desde el pasado mes de mayo en que no habían recibido ningún dinero, la deuda acumulada por los gastos de luz ronda los 4.000 euros en cada instituto, la de agua los 3.000 euros y para la compra de papel se superan otros 2.000 euros de deuda a la que tienen que hacer frente con los fondos que han recibido ahora para abonar únicamente los gastos acumulados de los meses de mayo a julio del curso pasado.