El Ayuntamiento de Alicante ha descartado llevar el botellón a un recinto acotado siete meses después de que la Junta Local de Seguridad aprobara una propuesta en este sentido del equipo de gobierno municipal, que acordó solicitar autorización al Puerto para acondicionar un área de 4.000 metros cuadrados en el muelle 10, próximo a la zona Volvo. La petición se encontró con el rechazo de Puertos del Estado, que puso objeciones legales al "botellódromo", fue criticada por colectivos sociales y vecinales, e incluso abrió discrepancias en el seno del gobierno municipal del PP ya que algunos ediles creían que acotar un recinto para el botellón podría acarrear problemas al Consistorio ante cualquier conflicto.

El concejal de Seguridad, Juan Seva, reconoció ayer que la idea "está totalmente descartada" y que el Ayuntamiento apuesta por la línea de la prevención mediante la actividad de la unidad específica de la Policía Local que lucha contra el consumo de alcohol en la vía pública y que cada fin de semana levanta una media de un centenar de actas de sanción por la práctica del botellón. "El proyecto de 'botellódromo' se quedó ahí, ahora estamos actuando en otra línea, que es la más demandada y la que tiene detrás un mayor consenso, y no se contempla otra cosa en este momento", apuntó. El edil aseguró que el hecho de que los jóvenes sepan que no se puede consumir alcohol en la calle y que la Policía Local esté vigilante e imponiendo sanciones está provocando que los grupos que se concentran en la vía pública para beber sean cada vez más pequeños y que prácticamente hayan desaparecido en la playa del Postiguet y el Paseo del Puerto. "Antes ambos lugares estaban llenos, ahora sin embargo están vacíos. La incidencia del botellón en Alicante se está reduciendo", aseguró.

Sin embargo, el punto negro está en el Casco Antiguo, donde esta actividad está generando quejas de los vecinos. El responsable de Seguridad reconoció que la lucha policial en el Barrio es más difícil por la orografía de la zona, "llena de recovecos, escaleras y rincones". La presencia de los agentes, aseguró, se intensificará con el objetivo de erradicar "en la manera de lo posible" las concentraciones juveniles para beber en la calle aunque es difícil "por la elevada movilidad" que tienen estos grupos, que se desplazan de un sitio a otro. El Casco Antiguo es uno de los lugares donde la Policía Local levanta más actas de sanción, cada una de las cuales asciende a 90 euros, por infringir la ley que prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas en la calle. De hecho, de las 138 denuncias que puso la unidad policial de lucha contra el botellón el pasado fin de semana la mayoría lo fueron por consumo en el Casco Antiguo. Entre ellas 27 en la calle Toledo, 16 en la ermita de la Ereta, siete más en la plaza del Carmen, cuatro en el entorno de la Plaza de Santa María y tres más en San Cristóbal.

Los denunciados por participar en el botellón pueden presentar recurso a las actas levantadas por la Policía Local. Sin embargo, algunas han entrado ya en vía ejecutiva y "se están cobrando desde hace algún tiempo".

Hasta 3.000 euros por vender alcohol de noche

La Concejalía de Seguridad ha intensificado las sanciones a algunos establecimientos de Alicante por vender alcohol a partir de las 22 horas, un hecho que está "prohibido por ley", según anunció ayer Juan Seva. Entre estos establecimientos, precisó, se encuentran algunas tiendas 24 horas. "La Policía Local detectó que se estaba produciendo esta venta ilegal y han aumentado las sanciones por ese hecho, y también por la venta de alcohol a menores". Las multas por estas infracciones oscilan entre los 1.500 y los 3.000 euros, y ambas se detectaron durante el pasado verano. Sin embargo, la mayoría de los incumplimientos atañen a la facturación de alcohol por la noche mientras que la venta a menores de edad responde, aseguró, a casos aislados. J.H.