"Miguel, alicantino, nacido en 1996 con parálisis cerebral por no realizar cesárea. Madre: Dándole lo que puede. Familia: Dándole cariño. Carácter: Noble, feliz, risueño, cariñoso, cabezón. Gustos: Revistas, fotos, pasear y pasear. Insertarse en la sociedad, no parar en un mismo lugar más de 5 minutos".

Ésta es la carta de presentación de Miguel en la conocida red social Facebook. Su madre, Sonia Cuenca, creó hace unos meses el grupo "Miguel, en busca Ley de Dependencia", que ya reúne a cerca de 7.000 seguidores. Para ella fue una manera de desahogarse y de sacar a la luz la situación por la que está atravesando desde 2007, cuando nada más aprobarse la Ley de Dependencia solicitó las ayudas que le corresponden a su hijo como gran dependiente.

Han pasado cerca de cuatro años y Sonia, que está divorciada del padre de Miguel, todavía no ha recibido "ni un euro" pese a que "en junio el PIA ya estaba firmado por la Conselleria". Su situación se ha visto agravada desde que ese mismo mes se dio de alta en la Seguridad Social como cuidadora, "una situación que era incompatible con mi trabajo como autónoma". Desde entonces, Sonia carece de una fuente de ingresos estable mientras su hijo necesita cada día más recursos "si queremos que se integre de la mejor manera posible en la sociedad".

Pese a que Sonia cuenta con toda la ayuda de su nueva pareja, con quien tiene otro hijo de 4 años, Miguel es ya un chico alto "y con un un peso considerable", lo que impide a su madre pasearle más allá de su barrio. "Es ya muy difícil sentar a Miguel en nuestro coche, necesitaría un furgón especial en el que quepa su silla y que cuesta más de 20.000 euros. Ya he tenido varios tropezones y caídas al intentar subirlo al coche". A Sonia esta situación le frustra "porque a mi hijo le encanta pasear, salir a la calle y ver a la gente". Para esta familia los gastos del día a día van sumando hasta crear una factura imposible. "Necesitamos también una grúa para mover a Miguel y sólo la reforma del baño cuesta más de 5.000 euros. Es cierto que el Gobierno subvenciona parte de estas cosas, pero siempre tienes que dar el dinero por adelantado... la situación acaba siendo la pescadilla que se muerde la cola".