Libre de toda culpa. Así se declaró ayer el ex portavoz socialista en la Diputación, Antonio Amorós, en una comparecencia ante los medios convocada desde la Subdelegación, apuntaron fuentes socialistas, y en la que no estuvo presente ningún miembro de su grupo. Paco Torres, Domingo Martín, Trini Amorós y David Cerdán, los tres primeros asesores socialistas en el organismo provincial y el cuarto de la Subdelegación, fueron los únicos que le arroparon. Amorós proclamó su inocencia; insistió en que no está imputado en el caso Brugal, la investigación que tiene como epicentro la adjudicación del vertedero de la Vega Baja; y exigió una rectificación inmediata al secretario del PSPV, Jorge Alarte, después de que éste solicitara su suspensión cautelar de militancia por su presunta implicación, una medida que, no obstante, Ferraz mantiene aún paralizada.

"Considero que el secretario general del PSPV-PSOE pecó por exceso en mi caso. Estimo que el que hoy es secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, arrastrado por la lucha contra la corrupción, se vio envuelto en una espiral de precipitación que le llevó a tomar decisiones sin calibrar ni medir", sentenció Amorós. Acto seguido, le pidió la rectificación: "Estoy convencido de que habrá una rectificación pública y privada. Que quien es y ejerce de líder sabrá reconocer sus errores y será el primero en solicitar la nulidad del expediente que él mismo solicitó contra mí para iniciar el proceso de suspensión cautelar de militancia". Antonio Amorós, no obstante, le envió un dardo envenenado. "Tan peligroso es pronunciarse con premura como guardar silencio, pero lo más letal para el liderazgo es la incapacidad de ser justo y humilde a la hora de reconocer sus errores", advirtió a Alarte.

Aunque no le mentó directamente, el ex portavoz socialista en la Diputación volvió a cargar las tintas contra el líder del PSPV. "Hoy, mis compañeros saben la realidad y saben que sobre mi persona se han tomado resoluciones indebidas, desmedidas y precipitadas. Hay gestos precipitados, decisiones irreflexivas y errores en política que si se asumen con gallardía y valor se demuestra el nivel de liderazgo de quienes lo hacen". Amorós -con el respaldo incondicional de la secretaria provincial del PSPV, Ana Barceló- se manifestó así después de que sus abogados se hayan personado en el juzgado de Orihuela y allí les comunicaran, según aseveró aunque sin mostrar ni un papel, que no estaba imputado en la trama Brugal. "Me he visto obligado a personarme con el único objetivo de abrir la puerta de un juzgado que en ningún momento se dirigió a mí para comunicarme nada y poder comenzar la defensa, no de ningún proceso legal abierto contra mí, sino un juicio orquestado contra no sé quién o quiénes", dijo. Desde que se le relacionó con el caso Brugal, Amorós y su familia han vivido momentos "muy duros" y difíciles de olvidar: "Estoy convencido de que se me ha hecho un daño que irreparable".

En los últimos días, Amorós ha estado en la primera plana de la actualidad. La pasada semana mantuvo una reunión privada con el titular de la Diputación, José Joaquín Ripoll, y este miércoles el dirigente popular evidenció las buenas relaciones entre ambos al impedir que Amorós fuese sustituido en la vicepresidencia de la comisión de Cultura y en el organismo sobre el Año Hernandiano, tal y como quería el PSOE. Ayer, no obstante, Amorós no aclaró esa relación con el líder popular. Ni siquiera la citó.