La experiencia es un grado y nada mejor que aprender a afrontar situaciones reales en la lucha diaria contra la delincuencia que a través de cursos de formación con más práctica que teoría. Sesenta policías nacionales de las comisarías de la provincia e incluso de alguna de Murcia y Valencia han participado durante dos días en Alicante en el tercer curso de técnicas de intervención policial que organiza la Confederación Española de Policía (CEP) y que ha sido impartido por instructores especializados que han prestado servicio en la unidad de élite de los GEO y ahora siguen en activo pero en otras unidades del Cuerpo Nacional de Policía. Pese a ser un curso básico que dará paso en el futuro a otros más avanzados que ya prepara el sindicato CEP, los agentes han podido aprender de primera mano cómo actuar en sus intervenciones diarias con técnicas de defensa personal policial y en operaciones de asalto o registros en inmuebles.

Las viejas instalaciones del antiguo matadero de Alicante, situado en Agua Amarga, han sido el escenario para simular las operaciones de asalto a inmuebles, bien para apresar a terroristas y a cualquier otro delincuente o perturbado que esté atrincherado como para liberar a personas secuestradas y detener a sus captores.

Los sesenta agentes se repartieron en tres grupos dirigidos por instructores que han estado en los GEO y conocieron de primera mano cómo se materializa una operación de asalto y cómo debe realizarse de tal forma que no se produzcan incidentes. Pese a tratarse de simulaciones, uno de los instructores advirtió a los alumnos de que se metieran en el papel como si se tratara de una situación real.

Una de las simulaciones consistió en acceder a un edificio de varias plantas y subir hasta un piso superior sin que los inquilinos sospechosos se dieran cuenta. La rotura de la puerta de acceso principal se debe realizar sin hacer mucho ruido para no alertar a los sospechosos. Seis agentes provistos con armas de fuego y un ariete -una barra cilíndrica de hierro para romper puertas o paredes- suben acompañados por un jefe de equipo y una vez están en la puerta sólo transcurren unos segundos entre que uno de los policías dispara con una escopeta a la cerradura, otro golpea la puerta con el ariete y al grito de "¡Policía!" todos acceden al piso y van registrando habitación por habitación para localizar a las personas que deben detener.

El instructor del CEP siguió con atención cómo realizaron la práctica los alumnos para alertarles luego, en algún caso, de los fallos que tuvieron en la actuación y pueden poner en peligro su integridad o la de algún compañero en un caso real.

"En los registros no hay prisa, lo que prima es la seguridad", comentó uno de los instructores mientras realizaban la inspección de un domicilio provistos de un escudo balístico debido a la presencia de delincuentes armados.

Los agentes que acudieron al curso pudieron conocer cómo deben entrar y registrar paso a paso el domicilio de tal forma que todos los policías que entren salgan ilesos y estén a cubierto en todo momento en caso de incidencias con los delincuentes. Estas prácticas de asaltos se completaron con clases para realizar cacheos, engrilletamientos o uso del bastón policial, entre otras técnicas.