Apenas acaba de comenzar el difícil camino de la recuperación y es ahora cuando I.S.M. se da cuenta de que "realmente tenía un problema". Con 27 años, este joven ha ingresado en la Fundación Proyecto Hombre para superar una adicción al teléfono móvil y al ordenador que le llevaba "a pasar 17 horas seguidas frente a la pantalla".

Sus padres y su hermana fueron quienes le convencieron de que pidiera ayuda a Proyecto Hombre. "Me decían que tenía una enfermedad". Ahora es cuando admite que "estaba en un estado de ansiedad permanente. Prefería no comer a estar conectado a internet y cada día me dejaba entre 10 y 15 euros en llamadas de móvil. Era una locura, pero en esos momentos era incapaz de darme cuenta". Paradójicamente, I.S.M. se "refugió" en las nuevas tecnologías para tratar de superar su adicción al juego de la ruleta que comenzó con tan sólo 18 años. "Estafaba y delinquía para conseguir dinero e ir al casino. Cuando no lo tenía me sentía vacío y me aislaba frente al ordenador".

Reconoce que estos primeros días de un tratamiento "que puede durar unos dos años" están siendo "muy duros, porque de golpe te quitan algo que te ocupaba todo tu tiempo. Por el momento no puedo usar el ordenador ni el teléfono. Necesito tomar pastillas y tengo mucha ansiedad". Sin embargo, I.S.M. espera que su vida "vuelva a ser cuanto antes lo más normal posible, a llenarla con actividades normales como quedar con mis amigos y a sentirme de nuevo bien conmigo". Y es que hasta ahora, añade, "salir a la calle era como estar metido en un túnel. Sólo quería volver a casa y sentarme frente al ordenador" .

Redes sociales

Desde su experiencia personal, este joven alerta "del peligro que suponen los ordenadores" y cómo éste se ha disparado en los últimos dos años por el "auge de las redes sociales que están provocando que los jóvenes aparquen la realidad y se aíslen".

Ante estos casos, "los padres tienen que estar muy atentos, señala, porque hay muchos chicos en la misma situación en la que yo me encontraba sin, además, reconocer que tienen una enfermedad". En su opinión, el problema de las nuevas tecnologías "es que muchas veces la gente que te rodea no lo ve como una adicción".

En este sentido, I.S.M. aconseja a quienes tienen hijos adolescentes, "que estén permanentemente encima de ellos y que sospechen cuando vean que pasan demasiadas horas frente a la pantalla".