Rosita, aunque no es su verdadero nombre, es como se la conoce en Benitatxell a Rachida Sallah, afincada en el municipio desde hace siete años y madre de Errai Faical. En la mañana de ayer, fue al cuartel de la Guardia Civil de Xàbia para conocer de los agentes las causas del arresto de su hijo, saber si se encontraba bien y conocer su paradero.

Según afirma, no le han dado respuesta alguna. Únicamente ha salido de las dependencias con una denuncia contra su hijo en la que, en la última página, puede leerse que ha pasado a disposición de la Audiencia Nacional. Ella intuye que está en Madrid.

Los agentes le han comunicado que ha sido un dispositivo especial organizado desde la capital y que vuelva mañana para conocer más datos. La desesperación y la angustia se han apoderado de ella.

Rosita ya ha llamado a un abogado, que no le ha dado mucha orientación sobre los trámites que debe realizar. El lunes quiere contactar con otro. Su mayor inquietud es conocer el paradero de su hijo, "poder hablar con él y saber si está bien". Errai estaba renovando su permiso de residencia y su madre no sabe qué va a pasar ahora con él.

Rosita afirma que su hijo no tiene a nadie más: "Su padre vive con otra mujer en Marruecos, no va a hacerse cargo de él". "Yo sin mi hijo me muero", repite una y otra vez entre sollozos.

Esta mujer se ha integrado como una vecina más. Desde su llegada al municipio de la Marina Alta ha vivido con su hijo y ahora, casada desde hace un año con un vecino del pueblo, Pepe Soler, tiene una vivienda próxima a la casa de Errai.

Sin vinculación

Ante la sorpresa por los motivos de la detención de su hijo, la mujer marroquí explicó que era imposible relacionar a Errai con cualquier movimiento terrorista vinculado al Islam. "Mi hijo nunca rezaba" explicó Rosita, para desvincularle de cualquier organización criminal de tintes religiosos, en los que el culto forma parte del día a día.