¿Quién dijo que en la Playa de San Juan no hay ambiente? Una vuelta cualquiera de estas noches por el paseo de la avenida de Niza en el tramo que fue remodelado por Costas en 2006, concretamente desde la avenida de Cataluña hasta la calle Escocia, demuestra lo contrario: gente paseando, terrazas de bares y restaurante llenas de gente y bastante afluencia de personas alrededor de los puestos de los "hippies" instalados este año aquí por vez primera. Como nunca llueve a gusto de todos, esta afluencia de gente también ha generado protestas por parte de quienes reivindican el carácter tranquilo de esta playa y de aquellos que consideran que los puestos de los vendedores constituyen una pantalla frente al mar que destroza el paseo y generan molestias y ruidos. Con todo, el turismo que frecuenta esta zona sigue siendo mayoritariamente familiar y a partir de las doce o la una de la madrugada se reduce radicalmente para trasladarse, en el caso de los más jóvenes, a otras áreas como el centro comercial del campo de golf, los pubs de la avenida Costa Blanca o los pocos chiringuitos que hay dispersos en la arena entre San Juan y Muchavista.

Los más satisfechos con esta afluencia de alicantinos y turistas son los bares y cafeterías de la zona. "Sí, si que hemos notado más ambiente que otros años. Desde que se reabrió el paseo, esto ha cobrado más vida y además este año con la instalación aquí de los puestos de los hippies estamos teniendo una mayor actividad" señalaba el propietario de uno de los restaurantes de la zona. Por contra, algunos vecinos, como Josefina, se lamentan porque "los puestos de los vendedores forman como un muro que destroza el paseo, las pérgolas quedan arrinconadas, no hay sitio para pasar y aquello se ha quedado como un túnel con algunas calles bloqueadas. Es insoportable. El sábado no podíamos ni pasar por allí". Otros vecinos opinan lo contrario. Carmen y Juanjo viven frente a los puestos de los vendedores . "Es verdad que esto está menos tranquilo que antes, pero en verano es normal que haya más gente y se agradece un poco más de vida. Llevamos años quejándonos de que esto estaba muerto. No nos vamos a quejar ahora de lo contrario siempre y cuando cumplan con los horarios", dicen. Los turistas también parecen agradecer un poco de ambiente nocturno en la playa. "Esto es bonito y es tranquilo", dice una madrileña que toma el fresco en un banco. ¿Molestias por el ruido? "No. A cierta hora se queda en silencio. Hay lugares de playa muchísimo peores", concluye.