El consejo de administración de Caja Mediterráneo (CAM) aprobó ayer por fin la alianza mediante la fórmula del Sistema Institucional de Protección (SIP) con Cajastur y las cajas de Cantabria y Extremadura, SIP que será liderado, tal como estaba previsto, por la entidad asturiana, mucho menor en tamaño que la CAM, pero más solvente que ésta.

El director general de la CAM, Roberto López, se empleó a fondo durante todo el fin de semana para lograr el sí del consejo, que sólo registró los votos en contra de los representantes de los sindicatos, y la amenaza de una intervención por parte del Banco de España hizo el resto. Eso, y las modificaciones puntuales que Cajastur, consciente de que debía ceder en algo para que la operación saliera adelante, introdujo en el contrato de integración, cuyo primer borrador había sido rechazado el pasado 15 de julio abriendo una grave crisis.

El presidente de la Diputación y del PP provincial, José Joaquín Ripoll, expresó anoche sus dudas sobre el acuerdo del consejo de la CAM y dejó claro que no le convence «el giro» de la dirección de la caja alicantina.

Los representantes de los sindicatos en el consejo de la entidad fueron los únicos que votaron en contra de la aprobación del SIP con Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, mientras que la patronal alicantina Coepa y la Cámara de Comercio se mostraron satisfechas por el acuerdo alcanzado.