La 85 edición de las fiestas de San Gabriel concluyó ayer con la procesión del santo por las calles del barrio. Los vecinos acompañaron a su patrón en uno de los actos más emotivos de estos festejos.

La última Despertà puso en pie a los residentes a las 8 de la mañana. No faltaban las ganas de divertirse, pese a que la noche anterior había sido amena y larga, con actuaciones musicales, humorísticas y de magia. Había que echar el resto en el tercer día grande de las fiestas, así que muchos vecinos se congregaron una vez más en la plaza Fester Paco Botella para tomar fuerzas con el almuerzo popular.

Pasado el mediodía, el barrio bailó al ritmo del pasacalles, con el que se procedió al disparo de tracas en las calles galardonadas con los premios a la mejor decoración: la calle Callosà d'En Sarrià, con "La India"; José de Cabo Palomares, con "Mercadillo de San Gabriel"; y Adrián Pastor, que se llevó el primer premio por "Juegos tradicionales". El sonido y el olor de la pólvora continuaron a las dos de la tarde con la tercera Mascletà de estas fiestas. En esta ocasión, fue la Pirotecnia Vicente Caballer la encargada de ofrecer un espectáculo pirotécnico que concluyó con una sorpresa: el humo rojo y amarillo dibujó la bandera española en el barrio, para sumarse así también a la festividad del Apóstol Santiago. A su finalización, los vecinos se dirigieron de nuevo a la plaza Fester Paco Botella para degustar la paella gigante en una comida multitudinaria.

Los festejos se retomaron por la tarde con la celebración de una misa solemne, que precedió a la procesión de San Gabriel por las calles del barrio. La llegada del patrón a la parroquia fue recibida con el toque de campana y un ramillete de fuegos artificiales. Y por la noche, el color y la luz del castillo de fuegos pusieron punto y final a las fiestas por este año.

Desde la organización, se mostraron satisfechos con el trabajo realizado y la afluencia masiva de público, aunque esperan que cada vez se sumen más vecinos a la Comisión de Fiestas.