"El juez tiene prisa por resolver este asunto y eso es algo que nos gusta". La frase la dijo ayer un portavoz del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Orihuela que, probablemente lo piense, aunque los derroteros de sus abogados -y del fiscal Anticorrupción, Felipe Briones- vayan por un camino muy distinto. Los 38 meses de secreto sumarial que han dado pie a muchos letrados de la defensa a frotarse las manos por una cuestión de forma en la instrucción más que de fondo -y tan importante como ésta en derecho-, que les permitirá plantear una nulidad de actuaciones por la indefensión de sus clientes, anuncian que detrás hay ya más de 80 volúmenes esperando ser fotocopiados y que los letrados van a ser muy escrupulosos para detectar cualquier fallo.

Briones ha abierto el fuego de los recursos contra la decisión del juez de levantar el secreto del sumario. Al fiscal no le parece bien que la parte de esta causa que se separa por afectar a la Diputación de Alicante - de la que el juez se ha inhibido por entender que, si existe delito, se cometió en Alicante y no en Orihuela- se levante el secreto de sumario. Así ha pedido al magistrado, en un fino hilo a su auto judicial, que quite dos palabras del texto: "diez días". A los abogados de la defensa, que también han recurrido el auto del magistrado San Martín, les ha faltado tiempo para recurrir el escrito de Briones. Y éste es sólo el comienzo de un proceso que los letrados están conociendo con cuentagotas. Ya veremos cuando se abran los 80 tomos.