El Consell de la Generalitat quiere extender las políticas de austeridad y recorte del gasto público al consumo desmedido de medicamentos en la sanidad pública. Para ello, a partir de septiembre pondrá en marcha dos programas de revisión y mejora de la administración de fármacos a dos tipos de pacientes: los crónicos y los polimedicados, que son aquellos que toman más medicamentos de los que son clínicamente apropiados. Sólo con la aplicación del primer programa ambulatorio, la conselleria tiene previsto ahorrarse 17 millones de euros al año.

El primero de los programas para frenar el consumo incontrolado de fármacos -y, por consiguiente, el gasto sanitario- se denomina "Refar ambulatorio" y consistirá en la revisión de las medicinas que consumen un 10% de la población mayor de 65 años en la Comunidad. En conjunto, 83.000 pacientes del total de 830.000 ciudadanos en esta franja de edad. "Se trata de un programa cualitativamente muy importante para la reducción del gasto público de la Generalitat", destacó ayer la portavoz del Consell, Paula Sánchez de León, al término del pleno del Ejecutivo.

El segundo programa es el "Refar consúltenos", con el que se revisará la terapia farmacéutica que se aplica a un total de 36.000 pacientes con alta hospitalaria en centros de la Agencia Valenciana de Salud. "Son personas que, en muchos casos, ya han superado su dolencia, pero que siguen consumiendo medicamentos por inercia, sin que se haya producido una revisión para comprobar si es o no necesario que los sigan tomando", indicó Sánchez de León.

La aplicación de estos dos programas se complementará con la mejora del funcionamiento de los módulos de prescripción y gestión de la prestación farmacéutica en el ámbito de la sanidad pública valenciana. Para ello se han incorporado a ambos módulos sendos sistemas -"Abucasis" y "Gaia"- que permiten monitorizar los problemas adversos de la medicación en la población y de las recetas dispensadas en la Comunidad .

La nueva apuesta del Consell por el recorte del gasto farmacéutico llega después de un largo historial de fracasos, toda vez que en los últimos 20 años, este capítulo se ha multiplicado por seis. Si en 1989, el gasto de la Comunidad en medicamentos rozaba los 250 millones de euros, la factura anual de 2009 superó los 1.600 millones.

Para este mismo año, el Consell anunció otras cuatro medidas para combatir el gasto farmacéutico, la primera de las cuales comenzó a aplicarse en enero con la dispensación directa en los hospitales de medicamentos de alto coste para pacientes ambulatorios -tratamientos oncológicos y de infertilidad-, que puede suponer un ahorro de unos 10 millones de euros, según cálculos de la conselleria. También desde marzo pasado se lleva a cabo el control del consumo de productos farmacéuticos de uso frecuente en grupos de pacientes, como es el caso de las tiras reactivas.

Una tercera medida se sitúa en el ámbito de las residencias socio-sanitarias con la aprobación de una nueva normativa de dispensación de medicamentos, como el uso de envases clínicos y guías de farmacoterapéutica de prescripción en geriatría. Sanidad también avanza en la autogestión en la red asistencial con la firma de un acuerdo por los profesionales de atención primaria para prescribir los fármacos más económicos.