Los directivos de los tres bancos -Banesto, Bankinter y Banco Pastor- que tienen cerrada con Avant la financiación de las obras de entrada del AVE a Alicante han comunicado a sus interlocutores en la sociedad pública que no pueden aguantar más las condiciones fijadas para la concesión del préstamo de 90 millones de euros a finales de abril, y que si éste no se firma de inmediato tendrán que endurecer su oferta. Dos meses largos después de cerrada la operación el retraso provocado por la falta de los documentos (cartas de conformidad) del Ayuntamiento de Alicante y de la Conselleria de Infraestructuras han puesto la negociación al borde de la ruptura, lo que traería consecuencias impredecibles para la ejecución del proyecto.

De momento nadie cree ya que se pueda licitar este mes y en agosto es imposibles de no celebrarse un consejo de ministros extraordinario, aunque a última hora de ayer en el Ministerio de Fomento tenían la esperanza de que el lunes o martes de la próxima semana pueda reconducirse la situación si finalmente llegan los avales del Ayuntamiento y el Consell.

El primero parece que no fallará a tenor de lo anunciado anteayer por el delegado municipal de Urbanismo, Alfonso Mendoza. Falta saber si el conseller Mario Flores mantendrá su exigencia de que querer participar en las plusvalías que genere la operación como socio que es de Avant, empresa en la que la Generalitat participa con un 25%, el mismo porcentaje que Ayuntamiento, Renfe y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif).

Avant cerró en abril con Banesto, Bankinter y Banco Pastor la suscripción de un crédito de 90 millones a devolver en cinco años y medio a partir de 2013, una vez que llegue el AVE a Alicante y comience a desarrollarse la operación urbanística. Acuerdo que no se ha firmado y está ahora en el aire. Las entidades sostienen que entre abril y ayer las condiciones del mercado han cambiado. Se ha producido un ajuste económico general en España, fusiones de cajas y, además, los propios bancos encuentran ahora muchas más complicaciones para lograr liquidez en el mercado financiero. Las trabas y retrasos puestos por Ayuntamiento y Consell les han ayudado a endurece su postura.

La previsión de Avant es que las obras pudieran comenzar a final de año y durarán 14 meses. Consistirán en el soterramiento de 300 metros donde habrá tres vías para el AVE, dos para las cercanías y una "cero" para el convencional. Los trenes llegarán por el corredor subterráneo hasta el paso a nivel de Ausó y Monzó y de allí saldrán a la superficie para acceder a la estación actual. En concreto a una zona que ya está libre de tráfico ferroviario junto a la calle Bono Guarner donde antiguamente estacionaban expresos como el "Sol de Levante" o los trenes nocturnos que salían por las noches hacia Madrid y Barcelona. Era también la zona de limpieza de los trenes. Una vez llegue allí el AVE, los pasajeros accederán al hall de la estación por un paso provisional, hasta que se resuelva la construcción de la estación intermodal. Sin fecha ni presupuesto desde la "espantá" de la sociedad Riofisa.